martes, 30 de noviembre de 2010

The Big Brother

Imagen (E'a)

El Gran Hermano, metáfora orwelliana inmortalizada para hacer referencia al Estado policial omnipresente, que todo lo vigila, todo lo ve, todo lo escucha. Se la utiliza, fundamentalmente, con el fin de calificar a las dictaduras de corte comunista que no aceptan la existencia de la “prensa libre”. El Ingsoc, como símbolo de los partidos estalinistas, detentaría el monopolio de estas prácticas de espionaje. En la cúspide de lo impoluto, con un aura cuasicelestial, las “democracias liberales”. Respeto irrestricto a las libertades individuales, nula intervención del Estado en nuestras vidas.
La retórica liberal, en cambio, ha venido a ser duramente cuestionada por los hechos. Wikileaks, famoso ya por haber difundido datos sobre los crímenes de guerra que viene perpetrando EE.UU. en la guerra de Irak y Afganistán en sus ataques de terrorismo legalizado, dio a conocer revelaciones confidenciales filtradas que dan cuenta de las actividades de espionaje que fueron ordenadas desde EE.UU. a sus embajadas  de varios países del mundo. A la de Asunción, en particular, se le dieron directivas precisas sobre el arrimo de indicaciones con respecto a los candidatos a la presidencia en las últimas elecciones generales de abril de 2008.
Un despacho nombra a la entonces ministra de Educación, Blanca Ovelar, al ex vicepresidente Luis Alberto Castiglioni, al ex general Lino Oviedo y a Fernando Lugo, actual presidente. Recaba de los cuatro datos biométricos, huellas dactilares, fotografías, escáneres del iris, DNA ‘y otras singularidades’’’, reporta el diario El País de España. Ojos, estatura, antecedentes de corrupción, estado de salud, todo, sin dejar escapar minucia alguna.
El generalísimo Oviedo no se mostró muy molesto. El otrora símbolo “de la lucha antiimperialista” justificó la responsabilidad que le toca a EE.UU. como potencia de velar por la seguridad del mundo, en especial de los tercermundistas que somos incapaces de cuidarnos por cuenta propia.
Esto nos recuerda a épocas que muchos considerábamos superadas cuando desde el Departamento de Estado informaban minuciosamente sobre los movimientos de su aliado y fiel soldado de Washington en su cruzada contra la “subversión”, Alfredo Stroessner. De lo que hacía este quedaba registrado hasta lo más mínimo. Que en una reunión en una estancia ensayaron partidas de ajedrez, que jugaron tiro al blanco con botellas y que luego pasaron a divertirse contando chistes verdes. Toda esta información puede ser cotejada en el libro “EE.UU. y el régimen militar paraguayo 1954-1959” de Aníbal Miranda.
Los que no podíamos evitar proferir algún gesto de fastidio al escuchar las trilladas arengas contra “el imperialismo yanqui y sus planes desestabilizadores en la región” corroboramos, finalmente, que no se trata de cosas del pasado, ya que podemos observar que la política exterior de los EE.UU. no se ha apeado de las viejas prácticas de la Guerra Fría. Esto valida en gran manera las sospechas sobre la activa participación de Norteamérica en las intentonas golpistas y desestabilizadoras que tuvieron su foco en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
En el caso de Paraguay cabe sostener que los recelos que abrigó el ex ministro de Defensa Luis Barreiro Spaini sobre la reunión de la embajadora de EE.UU. Liliana Ayalde con fuerzas políticas de la oposición, entre ellas el vicepresidente Federico Franco, en la que se habló de la posibilidad de un juicio político, no resultaron para nada infundados. La misiva que le valió el puesto por la presión de la prensa y los parlamentarios, que en bloque se encolumnaron ante la posición de esta, no constituyó simplemente un acto irrespetuoso de las instancias diplomáticas. En efecto, hacer de anfitrión en un mitin con espíritu destitucionista en la embajada de un país con abultada trayectoria en el ramo tampoco proporciona muestras de mucho apego a los canales de relacionamiento institucional. Había que ponerle freno al intervensionismo del Norte. Bareiro Spaini cayó en el intento.
La información filtrada también da cuenta del seguimiento a la presidenta argentina, Cristina Fernández, entre otras cosas sobre el estado de su salud mental. Según reporta el diario Página 12, el Gobierno tomó con cierta sorna la noticia. Un diplomático innominado comentó que en EE.UU. le hicieron una pregunta parecida sobre Hugo Chávez. “A usted le parece que está bien de la cabeza”, sondeó un mister. A lo que el interrogado respondió: “En nuestro país pensamos que no está bien de la cabeza un presidente que bombardea países sin motivo”. Eran los tiempos de George Bush. Muchos tenemos, en contrapartida, una apreciación cualitativamente distinta  sobre Obama.
Así también se inquiere sobre la construcción de mezquitas en la zona de la Triple Frontera, actividades terroristas, posible financiamiento a Hamás, Hezbolá y Al Qaeda y, lo más importante, la existencia de yacimientos hidrocarburíferos en el Chaco. Invariablemente aparecen relacionadas estas cuestiones: “terroristas árabes y petróleo”, la coartada perfecta para la guerra. Bajo la celada de investigar sobre actividades terroristas y brindar asistencia sanitaria a los pobres, misiones militares norteamericanas en nuestro país estarían realizando estudios de campo sobre recursos clave como el petróleo, agua, titanio y oro. Si los organismos de relaciones exteriores norteamericanos están sacando provecho de ese estatus abusando de los privilegios y la inmunidad que les confiere tal condición, no existen razones objetivas para proceder de distinto modo a como lo hicieron ellos mismos con los cinco cubanos presos acusados de espionaje, con el agravante de que se trata de representaciones diplomáticas oficiales y acreditadas. Las evidencias son serias y formalmente el gobierno debe aclarar los hechos a los países afectados  por estas actividades ilegales.
Hasta ahora, en cambio, los referentes del ejecutivo norteamericano han preferido echarle la culpa a los que difundieron tales noticias y no precisamente a quienes protagonizaron los hechos informados, en teoría inaceptables en un país que se precia de ser en un Estado de derecho y una de las democracias más avanzadas. Esto amenaza con convertirse en un Watergate que puede hacer tambalear a la administración de Obama, aunque difícilmente pueda llegar al extremo de llevarlo a la dimisión. Tampoco es responsabilidad exclusiva suya, puesto que esto es un legado del periodo republicano y los actuales funcionarios involucrados, como Hillary Clinton, pertenecen al viejo establishment que lo precede.
La secretaria de Estado condenó la publicación, a la que calificó de acción criminal, acusación que no hizo extensiva a los diploespías de su gabinete. Página 12 cita las declaraciones de varios funcionarios: “Peter King, integrante del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, le reclamó al fiscal general que sume a Wikileaks a la lista de organizaciones terroristas (...). El fiscal general de los Estados Unidos, Eric Holder, advirtió que se había iniciado una pesquisa criminal por la fuga de información sensible”. 
Los republicanos piden la clausura del sitio de internet. La Casa Blanca imputa a la publicación el delito de poner en riesgo la causa de la democracia y los derechos humanos (?). Los periodistas de Wikilieaks están siendo indagados por la CIA. El portal de fugas está al borde de la clausura. Aunque no se llegue a concretar, la sola amenaza constituye una afrenta a las garantías constitucionales de ejercer el derecho a la comunicación. Delito hubiera constituido ocultar los abusos que está cometiendo la máxima potencia militar y económica en su arrebato mesiánico por convertirse en policía del mundo. Esta es la libertad de prensa que tiene para ofrecernos la burocracia del capital.
Recordemos, finalmente, que los equipos del Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional fueron “donados” por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), fachada democrática de la CIA, según denuncias que realizara Marcial Riquelme, fallecido investigador de los archivos desclasificados sobre la dictadura, en un encuentro con estudiantes de la Facultad de Filosofía. Los halcones de Washington pueden disponer a su arbitrio de los datos de absolutamente todos los paraguayos. Mientras tanto, tomo mis precauciones ante las telepantallas que acechan. Ten cuidado. El Gran Hermano nos vigila.


 


domingo, 21 de noviembre de 2010

En torno a los fogones

Avá-guaraní

Arte (o artesanía según le decimos)


Grupo Iyambae


Kaiowá-guaraní
Tajy potypy, el florecimiento de los lapachos, es el signo del cambio de los vientos cuando se mudan al ara pyahu o tiempo-espacio nuevo. En efecto, la primavera de Asunción fue el escenario del III Encuentro Continental del Pueblo Guaraní, una primavera de tormentas, granizadas, cemento, asfalto y esmog. Bajo la consigna de Tierra, Territorio, Autonomía y Gobernabilidad, diversas parcialidades del tronco lingüístico tupí-guaraní estuvieron congregadas entre el 15 y 19 de noviembre en el ex Seminario Metropolitano para deliberar y buscar puntos de acción conjunta en la reivindicación de sus territorios ancestrales y demás derechos políticos, sociales, económicos y culturales, hasta ahora brutalmente avasallados por el fundamentalismo de la acumulación indefinida. El yvy como espacio de libertad constituyó la figura central hacia el cual convergieron las disquisiciones, una tierra desmembrada en alambradas geopolíticas que cercan las arbitrarias fronteras entre el Paraguay, Bolivia, Argentina y Brasil; una tierra pulverizada por nubes de agrotóxicos.
La Capellanía de los Migrantes, mímesis de las antiguas reducciones donde la “barbarie” fue “cristianizada” e instruida en la “cultura del trabajo”, albergó al aty guasu, en el que, en oposición a los planes intervencionistas, los propios involucrados plantearon los problemas y soluciones que los atañen como pueblos originarios. Cada mañana, hora en que los oporaívas acostumbraban a dirigirse a la comunidad cuando las llamas de Kuaray atravesaban la neblina desde el levante, se efectuaba el ritual de consagración. Humo del pety, maracas, danzas y ayvu porã, las palabras hermosas.
Los reclamos fueron unánimes: jaiko asy, ojepe’apaite ñandehegui ñande yvy, ñañeñupã jajerurérõ ñanemba’éva. Explotación y muerte en los yacimientos mineros. Celso Padilla, nativo guaraní de Bolivia, destacó, sin embargo, los logros que obtuvieron bajo el gobierno de Evo Morales. Una asamblea constituyente declaró a Bolivia como Estado plurinacional. Un aimara llegó a la presidencia,  nativos guaraníes al Parlamento. Algo impensable y que para muchos pregoneros de la civilización resulta aún inaceptable. Inaceptable que un indio de mierda, como lo llaman los inquisidores del credo neoliberal, ahora esté debatiendo con el pueblo un marco jurídico a fin de poner coto a sus insultos. Una protección legal contra el racismo mediático. En Paraguay conocemos muy bien cómo los medios se escudan bajo la libertad de expresión para hacer apología del delito, la discriminación y el desprecio contra los “salvajes”. Recuerden al diario La Nación editorializando sobre la necesidad de quemar a los residuos del neolítico, como hicieron los países civilizados,  para despojarnos de la rémora que nos ancla en el atraso.

Teko y tekoha

En una conferencia trilingüe –guaraní, castellano y portugués– titulada Tierra/Territorio: Caminos de lucha en la recuperación y construcción para transformación de la realidad, el antropólogo Bartomeu Meliá se refirió al significado de la tierra como espacio social donde se desenvuelve la cultura: yvy’ÿre ndaipóri tekoha. Por ello, la lucha por la tierra encierra un concepto totalizador que no se limita a un medio de producción económica, sino de reproducción del ñe’ê, jeroky y ñembo’e, el conjunto del universo cultural. “Ñañorairõva’erã ñane yvýre, ñane rekóre”. Luchemos por nuestra tierra, por nuestra cultura.
El segundo eje temático de su ponencia versó sobre la transformación de las relaciones sociales de intercambio y circulación de bienes: el paso de la economía del jopói a la economía del tepy. En este sentido explicó que tepy, hepy o repy es venganza. El tepy, término que en el guaraní paraguayo se conserva bajo el sentido de coste o precio de algo, es el nuevo orden que se instala con la sustitución de la economía de reciprocidad generalizada. Economía del don y de la venganza, principios de intercambio que coexisten en la sociedad paraguaya. 
Así también puso de relieve que la colonización no es cosa de 500 años atrás, sino que sigue hasta nuestros días. En este sentido subrayó que, por ejemplo, muchos guaraníes fueron contactados y reducidos hace apenas 30 o 40 años. Agregó que cuando zarpó de la península, hace ya cuatro décadas, encontrando hacia este lado del mar su lugar en nuestros fogones, existían innumerables núcleos tribales sin relacionamiento de ningún tipo con la sociedad nacional.
Finalizó su intervención refutando el clásico estereotipo que categoriza a los guaraníes como nómades, señalando que eran habilidosos productores agrícolas y, por lo tanto, asentados en sus tapýi en un marco estable de sedentarismo. A su sistema de producción contrapuso el actual, agroexportador y forestal, que no es no es productivo sino extractivo.  Enumeró que los guaraníes cultivaron más de 30 especies, entre ellas 11 clases de avati, 4 de manduvi, yety, mandi’o, etc. Todas estas actualmente bajo riesgo, ya que los cultivos transgénicos inutilizan las demás especies, apuntó citando a un especialista. 
Por su parte, con un aguyjete peême têrara reta (les deseo la plenitud, familia de la tierra), Flora Elsa Cruz, mburuvícha guásu (en nuestro guaraní estas palabras son agudas, pero para otras távas son llanas) avá-guaraní de Jujuy, Argentina, habló sobre los desalojos que siguen sufriendo por el ensanchamiento de las fronteras agrícolas y ganaderas. Refirió también que para no seguir siendo minimizados con cifras demográficas subvaloradas, realizaron su propio censo y lo presentaron a las autoridades. En un aparte, cuando le consulté  sobre si percibe cambios positivos en las políticas ejecutadas durante los dos últimos periodos de gobierno, me respondió que el proceso es muy lento, pero que se ven avances en el reconocimiento de sus derechos, reconocimiento que se efectuó a partir de la manifestación y acción directa de los pueblos originarios. Se despidió con un jasurupái (muchas gracias). Catalino Sosa, mbyá-guaraní de Paraguay, encaró directamente a los representantes del gobierno presentes, entre ellos Lida Acuña, presidenta del Indi, recordándoles la promesa hecha por el presidente Lugo de privilegiar a los nativos y que hasta ahora no puede sentirse por la inacción de las instancias pertinentes. Cuando se dispuso a hacer algo, principalmente en materia de salud, con un proyecto de ley que hacía cumplir las normativas existentes y reforzaba las exigencias precautorias en zonas de fumigación, bastó la amenaza de un tractorazo para desbaratar todo.
Declaración final

El encuentro se cerró con la lectura de un manifiesto en el que se consignaron las denuncias y solicitudes a las autoridades de los países instalados en sus territorios de antaño. El texto menciona que los guaraníes tienen un yvy marãe’ÿ que no reconoce las fronteras políticas, remarcando que la tierra es sagrada, fin y medio de la vida de nuestros pueblos. Además, se hizo un llamado al cuidado de la Madre Tierra, cuyas señales de agotamiento se están manifestando en la inestabilidad climática producto de la irracional explotación de los recursos.
Así también refiere que las divisiones geopolíticas han fragmentado los lazos culturales de la gran nación guaraní. Las hidroeléctricas, las transnacionales de la soja y el maíz genéticamente modificado no han respetado su derecho consuetudinario y etnocultural. Expulsión de los kaiowá-guaraní con el aval del Poder Judicial en Brasil. Aprobación en la Argentina de la venta de una reserva a fundaciones de capital europeo, con todos los nativos adentro, como un paquete completo. Antología de demandas contra El Estado paraguayo ante la CIDH por incumplimiento en la restitución de territorios ancestrales. Requisitoria de mayores extensiones de tierra en Bolivia. Interpelación por el fin de la impunidad que rodea los casos de asesinatos de activistas indígenas.
Otro encargo fue la elevación a rango constitucional de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la OIT. Nuestra Constitución contempla ese derecho a las culturas indígenas “como grupos anteriores a la formación y organización del Estado paraguayo” (Art. 62). No en vano los guaraníes llamaban al papel escrito muerto que habla.
La elección de nuevos representantes del Consejo Continental de la Nación Guaraní es el resultado en el plano institucional. Adicionalmente, aspiran a lograr mayor participación en las instancias de decisión política y democrática, de tal manera a ser sujetos activos en la vida nacional de la que participan. Una delegación de representantes fue recibida por Fernando Lugo, quien aseguró que en diciembre, cuando asuma la presidencia pro témpore del Mercosur, entregará a sus colegas del Ejecutivo la declaración del encuentro y trabajará con ellos en la concreción de los reclamos.
Terminada la lectura del manifiesto, oñemboysapy kuatia guasu osêva’ekue ñande atýgui ikatuhaguãicha ñamboguata. Fue rociado (bendecido) el documento final a fin de que podamos hacerle caminar. El trío de viento y percusión Iyambae de Bolivia bajó el telón del cónclave con ritmos impregnados de aires andinos. La riqueza del mundo lingüístico guaraní quedó patente en la diversidad de variantes dialectales prácticamente ininteligibles entre sí. Pãi, mbyá, avá, aché, nañdéva, kaiowá, entre muchos otros, compartieron su lucha, sus vivencias y sus esperanzas. Entre el resonar de las maracas, los tambores y las flautas, aún reverberan los estribillos declamados por el chamán mbyá-guaraní: “Ñamonmbyte ñande ayvu renda”. Compartamos la morada que sirve de asiento a las palabras inspiradas.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Música, maestro

Grupo Coral de VE




Orquesta de Cámara de VE

Orquesta de Principiantes de VE







Noche de sábado. Nada de las formalidades propias de las salas de conciertos de gala. Luego de afinar los últimos violines, los niños invaden en tropel el tablado de cemento, con pasos precipitados entre risotadas y empellones. El director Oscar Ortellado es uno más entre los violinistas. No es el Uno separado de la sociedad, sino el líder que rige con el ejemplo, trabajando como el resto, sin tarima ni batuta.
El concierto se ha iniciado. Las variaciones de Estrellita del repertorio Suzuki es la primera pieza interpretada por la Orquesta de Principiantes de Villa Elisa, un arrabal de la Gran Asunción que cada tanto aparece en los titulares cuando se incendia algún aguantadero de ordeño de combustible o cuando en la fiebre electoralista los prosélitos de los partidos tradicionales se atacan a pedradas. La ciudad de Petropar, el tráfico de gasolina, el arroyo seco y las poluidas aguas del río Paraguay. Una vez fue tapa. Aquella ocasión en que en circunstancias muy extrañas dos investigados por secuestro aparecen con signos de tortura, aparentemente secuestrados a su vez por policías, en el barrio 29 de Setiembre, uno de los núcleos demográficos más importantes de la ciudad y moteada en homenaje a los héroes de la epopeya chaqueña. Luego nada. Es la ciudad a la que vamos a dormir muchos de los que trabajamos o estudiamos afuera.
Pero esta vez no será noticia. Es un artículo poco apetecible para el supermercado periodístico el estreno de la orquesta de jóvenes y niños de 6, 7 años interpretando a Beethoven, Mozart, Strauss, guaranias sinfónicas  y  versiones en instrumentos clásicos de bandas como Metálica o Mago de Oz.
El escenario no pudo ser peor. Un local partidario cuyo nombre no quiero mencionar, parafraseando a la primera novela distópica  de la literatura moderna y en cuyas páginas repletas de hilaridad muchos sorteamos las monótonas y somnolientas siestas de la otrora Colonia Elisa, fundada por suecos y en cuya memoria fue bautizada la Escuela Reino de Suecia, una de las instituciones más antiguas del país y que en horario nocturno funciona como el Colegio Nacional Villa Elisa.
Decíamos que era un local partidario. Siendo oficialismo en la administración municipal, esta agrupación no muestra indicios de haber sido muy afectado por los embates de la llanura. En toda la ciudad no se cuenta con una sala apropiada para este tipo de conciertos, en tanto el local de la facción gubernativa luce como en las mejores épocas del dictador. El merchandising electoral inunda las calles de costosa e inútil cartelería. Solo falta la leyenda de Paz y Progreso. Además, y a pesar de todo ello, se rindieron homenajes y aplausos a las autoridades del centenario partido por haber cedido “gentil y desinteresadamente” las instalaciones de la... (aquí pitido).  
La big band infantojuvenil se despide con el Himno a la Alegría de Beethoven, que más que nunca rindió tributo a su nombre. Los niños bajan de los escalones que hacen de escenario dejando bajo sus sombras un auditorio conmocionado como cuando Rantés tomó la batuta de la orquesta en Hombre mirando al sudeste, película de Eliseo Subiela. El preludio lo hizo el Grupo Coral de estudiantes de guitarra y canto, bajo la dirección de Orlando Ramírez, interpretando Pacholí, un clásico del repertorio folclórico nacional, con letra de Manuel Frutos Pane y música de  Eladio Martínez.
Luego el Dueto para violín y viola de Mozart con un dúo femenino. En una especie de cita de la cita, o cover del cover, el cuarteto de cuerdas hizo lo propio con Fade to black, One y  Nothing else matters de Metálica, en versión y arreglos de Apocalyptica. A su vez, el quinteto hizo un collage musical interpretando temas como Pensando en ti de Mago de Oz, con letra adaptada al castellano del original en inglés de Dust in the wind de Kansas, y Recuerdos de Ypacaraí. Le sigue otro dueto con la Bourrée de Bach y Minuet in G de Beethoven. 
Un pequeño receso de 10 minutos antes de la segunda parte, con el cierre de la Orquesta bajo la dirección de Blas Vivé, presentando un repertorio polícromo de canciones pop, clásicas y folclóricas.   Sonaron Yesterday de Lennon y McCartney, A mi manera de Frank Sinatra, La pequeña serenata nocturna de Mozart, marchas de Haendel, La Pantera Rosa, etc.

La audición concluyó con dos composiciones de uno de los máximos creadores de nuestra música, Herminio Giménez, con Pirayumi y Despedida. El pueblo de Villa Elisa emocionado apreciaba su polca y su guarania con los sonidos del cello, la viola, el contrabajo y los violines. La globalización que muchos queremos. La del encuentro y enriquecimiento mutuo de los pueblos en un marco de respeto y multiculturalismo. Una integración que no implique subordinados ni subordinantes, ni coerción ni asimilación forzada. Una inserción a la aldea global que garantice la supervivencia del acervo cultural multiétnico, una genuina sociedad plural y democrática. No la globalización de las guerras por el petróleo, el FMI, el terror nuclear y el glifosato.