sábado, 11 de junio de 2011

El caminante y sus caminos


Magdalena López, Adriana Causa, Eugenia Brage, Luis Álvarez  y Sebastián Bruno. 




Jueves 2 de junio
Unas pitadas al lado del camino en la Rosario de Fito. Leyendas ácratas en los muros. “Ni botas ni votos: anarquía”. San Martín 1371. Kóa ha’e. Centro Cultural de la Cooperación. Unos libros sobre Barrett en la mesa dispuesta frente a la entrada del auditorio. Mba’e hora pio eguãhê?, pregunta un compañero que se presenta como Mario. Ha las 7 rupi, le respondo. Paraguay desde las ciencias sociales, reza el afiche con el retrato del Dr. Francia estampado en el lado superior izquierdo. Lo hicimos en homenaje a él porque este Bicentenario historiográficamente liberal lo dejó de lado, añade. Hago un gesto de asentimiento. 
Como a las 10:20, Gustavo Guevara, del Centro de Estudios sobre América Latina Contemporánea, y Sebastián Bruno, del Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay, dan las palabras a manera de prólogo al taller interdisciplinario de investigaciones referidas al Paraguay o paraguayología, según lo definió Bruno.
La primera mesa, Mujeres Migrantes, la abrió Adriana Causa (IIGG-UBA) con una ponencia titulada Costos y beneficios de la participación de mujeres paraguayas en organizaciones sociales argentinas. Adriana cuenta que durante el levantamiento en el terreno encontraron una alta participación de mujeres migrantes en los grupos piqueteros y que empezaron a estudiar las características de esa relación y los roles al interior de las organizaciones. Entre las causas de la migración se confirman los patrones dominantes: la situación de precariedad económica y la falta de perspectivas en sus ciudades de origen, la mayoría de ellas del campo y alrededores de la capital.
En segundo lugar, la antropóloga social Eugenia Brage (IIGG-FFyL-UBA) disertó sobre las Redes sociales y trayectorias migratorias de mujeres paraguayas en la ciudad de Buenos Aires. En cuanto a los aspectos metodológicos, resaltó que se trata de una deconstrucción de la elaboración de las otredades propia de la antropología, desde la que se busca la generación de conocimientos con la gente con la que se trabaja en pos una acción autogestiva y transformadora, ya sea a través de talleres sobre tramitación de documentos, consulados itinerantes, etc., y, por lo tanto, cuestionando los relatos focalizados en el investigador que observa reproduciendo muchas veces el punto de vista de las “normalidades definidas por los sectores más poderosos en oposición a esos otros”.
Esta construcción de las otredades implica operaciones clasificatorias simplificadoras, pues tiende a homogeneizar en categorías generales realidades de un orden múltiple, como sería aglutinar a los colectivos migrantes bajo apelativos genéricos con connotaciones a menudo peyorativas como “paragua”, “kurepa”, “bolí”, etc., desconociendo sus especificidades e historicidades. Esto crea un estereotipo que racionaliza un determinado orden de relaciones que traba la movilidad social. De hecho, el campo laboral en el que se desempeñan los paraguayos en Buenos Aires es el menos diversificado, pues se concentra en áreas precarizadas y minorizadas socialmente como la construcción y el trabajo doméstico, en una especie de sistema de estratificación cerrado y hereditario.
Luis Álvarez, del INADI, presentó una línea de investigación denominada Ciudadanía, migrantes y derechos humanos. Trabajadoras jóvenes paraguayas en el servicio doméstico y su acceso a los derechos sociales. Sobre esto explicó que la investigación se encuentra en una etapa de seguimiento de los avances obtenidos a partir de la promulgación de la Ley 25871 de Migraciones y el plan de regularización documentaria Patria Grande. Este estudio pretende identificar los cambios efectivos logrados en la optimización de las condiciones de vida de los migrantes a partir de la ejecución de las políticas públicas. Entre otros marcos conceptuales, resaltó el de campo de interlocución de Alejandro Grimson y en esta dirección sostuvo que el objetivo es “ver cómo las transformaciones que se dan en la política, la cultura y la economía impactan en la unidad de análisis. Y en ese sentido seguimos la línea que desde los 90 en adelante se pasa de una invisibilización de la diversidad a la hipervisibilización de las diferencias y un hecho concreto para marcar esto fue lo acontecido en el Parque Indoamericano, tomando como antecedente algunas políticas de los 90 que estigmatizaban (...) la migración paraguaya en particular tipificándola como la causante de la transmisión de enfermedades, el desempleo, etc.”.
El último integrante de la mesa, Sebastián Bruno (FCS-UBA), expuso sus Apuntes para el análisis de la relación migrantes paraguayas-servicio doméstico en Buenos Aires. El universo de la muestra parte de que la colectividad paraguaya es el contingente migratorio más importante de la capital, con más de 300.000 personas. Este trabajo reconfirma algunos estándares como la feminización de las corrientes migratorias, la concentración de la fuerza de trabajo en dos sectores de la economía: las mujeres, en el trabajo doméstico (60 a 80%); los varones, en la construcción (40%). El autor define este fenómeno como mandato laboral de género, concepto que se refiere a las presiones socioeconómicas que actúan objetivamente forzando la condición de mujer-migrante-paraguaya directamente al ámbito doméstico, creando todo un corpus racionalizador para naturalizar ese hecho, como sería por ejemplo que la conjunción de esas características sociodemográficas equivale por definición a un perfil educativo bajo.
Al abrirse el tema a la discusión, una de las participantes relató su experiencia en el MJT de Paraguay respecto a la dificultad de los órganos para controlar el cumplimiento de las normativas que debieran proteger los derechos laborales porque el principio de inviolabilidad de la propiedad privada exceptúa de facto el ámbito doméstico de la jurisdicción de la ley, proporcionando un blindaje de inmunidad a los patrones, que así someten a “sus chicas y muchachas” a su total arbitrio.
En la mesa posterior, Magdalena López (UBA-CONICET) analizó el Marzo paraguayo: ¿un caso de fortalecimiento político?, tomando este hecho como una estructura de rebelión, siguiendo a Luis Tapia, que sirve de sustrato a otra estructura de rebelión posterior que la autora identifica con el cambio democrático que se da con la elección de Lugo en abril de 2008, ya que sectores marginados como los campesinos e indígenas vuelven a coincidir como en el marzo paraguayo con sectores medios urbanos y estudiantes universitarios bajo una base o antecedente previo al hecho en sí.
Posteriormente, Hugo Pereira Cardozo (UNC-UNA-UTI) se refirió al Desplazamiento de la agricultura campesina del territorio del departamento de Concepción, a partir del desarrollo de la agricultura mecanizada basada en el uso intensivo de agroquímicos. De su intervención se destaca principalmente la asociación de dos hechos correlativos: las primeras denuncias de intoxicación de los campesinos y la irrupción de un grupo armado que dice venir a desfacer agravios y enderezar entuertos. A partir de esto el foco mediático se desplaza de los problemas socioambientales a la construcción del identikit de un villano campesino-agresor-invasor-terrorista. Así entonces pasa a un segundo plano la crisis generada por este modelo para volcarse a la cruzada contra una supuesta guerrilla. Haciendo un sumario se desprende que la figura del EPP termina siendo mucho más funcional a los sectores de poder, pues bajo esa coartada se ejecutan acciones represivas sistemáticas contra la dirigencia campesina, sin poner en cuestión la viabilidad del extractivismo agroexportador.
Llegado a este punto, me salto arbitrariamente algunas mesas (...).

Viernes 3 de junio
Y acá  otras tantas (...).
Con relación a las Interpretaciones históricas, Oriana Peruggini (UBA) expuso sobre La Guerra de la Triple Alianza: nuevas perspectivas de investigación. En este marco realizó un recorrido de la literatura existente sobre el tema, desde la historiografía liberal –que presenta al Mcal. López como un dictador que impuso una economía y política contrarias a los esquemas de la civilización, que en esencia apeligraban los intereses de las élites de Brasil y Argentina– hasta el revisionismo, impregnado de un cierto sesgo positivista. En este sentido se propone una visión superadora de los relatos nacionales para forjar una visión más sistemática entre las que niegan la injerencia de los capitales ingleses y las que les atribuyen una gravitación decisiva. Así rechaza la construcción de una Inglaterra complotista que arma todo el conflicto cual titiritero omnipresente, pero tampoco niega su presencia en los países involucrados. Lo que cabe preguntarse entonces es la relación entre el desarrollo del capitalismo en América del Sur y la mayor potencia capitalista de entonces, algo muy difícil de desvincular, dada la conexión del capital financiero con los intereses que esa guerra suponía en cuanto a los modelos de desarrollo y a los programas económicos diferenciales que esos países proponían o proyectaban.
Por otro lado, retomando el tema de la migración, que fue uno de los más importantes ejes temáticos desarrollados en el taller, Edith Arrúa (ADEPO) introdujo en el asunto de la Inmigración fronteriza en el Paraguay, centrándose con mayor atención en la argentina y brasilera. Así fue mostrando cuadros sobre la disposición geográfica de estos desplazamientos resaltando que la inmigración argentina se centra más en el área de Central y capital, siendo el rubro laboral dominante el comercio, en tanto que la inmigración brasileña se concentra en departamentos fronterizos como Alto Paraná, Canindeyú y Amambay, desarrollando el agro como principal actividad de explotación. Esta última más que una inmigración estrictamente consiste en un avance a manera de frontera móvil que ya empieza a generar tensiones importantes con los campesinos desplazados o acosados por el modelo agresivo de agricultura que implementan.
Seguidamente, Gabriela Mera (UBA-CONICET) habló de las Distancias físicas y fronteras simbólicas. Distribución y segregación espacial de los migrantes paraguayos en la Ciudad de Buenos Aires. En este sentido planteó que el principal punto a problematizar fue la idea de segregación espacial en relación con las distancias físicas y las fronteras simbólicas, puesto que se mostraba muy refractaria a la hora de aceptar esta idea de segregación por su contenido asimilacionista, que asocia al migrante una falta de voluntad de integrarse a la sociedad receptora. En cuanto a las fronteras simbólicas, estas implican las distancias que existen más allá de la convivencia en una misma área geográfica.
Por su parte, Santiago Martí (FLACSO-UNGS) presentó los Recorridos migratorios de los y las jóvenes paraguayos en Argentina, un trabajo inicialmente elaborado por el Viceministerio de la Juventud de nuestro país para generar conocimiento sobre los jóvenes migrantes en la Argentina, reconstruir sus trayectorias, identificar las desigualdades y condicionamientos de género que determinan quiénes y por qué migran.
El último expositor de la mesa, Álvaro del Águila (CONICET-IDAES-CIDAC BARRACAS, FfyL-UBA), reseñó la experiencia de los consulados itinerantes del Paraguay en la Argentina. Como primer paso detalló que empezaron a difundir los alcances de la nueva ley a través de actividades como radios abiertas y allí identificaron que el principal problema era la tramitación de documentos. A partir de estos datos procedieron a realizar gestiones ante el Consulado paraguayo a fin de que se acerque a estos núcleos para regularizar la situación documentaria de los habitantes. Además aludió al referéndum por el voto de los paraguayos en el exterior y al riesgo de retroceder en las conquistas obtenidas en esta materia con campañas como la de Unión Guaraní, que dice no a la consulta popular bajo argumentos del tipo de que se trata de un derecho que no necesita ser sometido a esta clase de consultas. En cambio, no se mencionó cuál es el mecanismo alternativo que proponen.
En otro orden, el último tópico del encuentro versó sobre Escritura e Identidades. Mario Castells (CEALC-UNR) leyó un texto bajo el encabezado de La marca de Caín en el guaraní paraguayo. Lo popular y lo culto a dos aguas en la literatura de expresión guaraní. En el mismo brinda un panorama general de la literatura escrita en guaraní, centrándose especialmente en la producción de Emiliano R. Fernández y la noción del intelectual como constructor de imaginarios. Asimismo, separa los mundos de la poesía en guaraní escrita y las tradiciones míticas indígenas, a las que se ha pretendido asociar como si constituyeran un mismo arquetipo.  
Entre tanto, Nora Bouvet (UNR-CIUNR) leyó una línea de trabajo rotulada Escritura y archivo. Una experiencia de investigación. En la misma señala que es una reflexión sobre las problemáticas generales de la escritura y el archivo, entrelazando la historia política y la historia de la literatura. De este modo narró que su interés surge a partir de su primera visita al ANA, después de la cual quedó fascinada por la cantidad y la calidad de la producción escrita del Dr. Francia. Así relata que encontró una relación estrecha entre los objetos de la escritura y las prácticas burocráticas del Estado. “La institución secretarial epistolar explica el rol esencial de la escritura de Francia para construir el Estado paraguayo como primera república del Sur (...). Roa Bastos comprendió como nadie la excepcional vinculación con la escritura que Francia mantiene”, señala una parte de la exposición.
Por último, vuestro narrador habló sobre el estudio de las tradiciones orales indígenas en el Paraguay y la diglosia castellano-guaraní como expresión contemporánea de las jerarquías instauradas por la colonia en el juego de acciones y reacciones del binomio hegemonía-subalternidad.
Resumiendo, el balance que resulta de este encuentro de investigadores es la integración de los saberes latinoamericanos, un Mercosur de las ideas que bien puede remolcar al Mercosur económico, un proyecto de integración empantanado por la lógica imperial y capitalista que rige la relación entre los Estados parte y que, por lo tanto, está basada en la conveniencia del más fuerte a expensas del más débil.

Sábado 4 de junio
Es mi último día en la ciudad. Subo desde la Costanera por la calle Illia. El frío aliento del Paraná desliza entre sus borrascas la cadencia melancólica de un cantor y sus melodías de arrabal. Llego hasta la Casa del Tango y con una determinación del más puro rova atã, no muy propia de este ser koygua por naturaleza, me meto entre las cortinas hasta un rincón como malevo agazapado en la oscuridad. Miguel, que así escuché que le decían, hablaba de que el espíritu lastimero del tango provenía de su origen inmigrante, término que a su vez etimológicamente deriva de la voz latina immigrare, destierro, castigo. Así cantaron percantas tristes como Madame Ivonne, Malena, Galleguita y otros versos al terruño como Lejana tierra mía, Cuando miro al Sur. De pronto dan las seis de la tarde. Me sacudo el techaga’u tanguero que me arrebuja. Cómo extraño a esa pebeta, linda como una flor. Vamos, caminante, que aún quedan muchos caminos.