domingo, 20 de noviembre de 2011

“La lengua es la piel que habitamos”

Bartomeu Melià

Así como la piel que habitamos, la lengua es la manera de hacernos ver y lo que define la fisicalidad de la comunicación, sostuvo el pa’i Bartomeu Melià al abrir su exposición “Lenguas, fronteras y puentes”. La piel es la frontera de nuestro ser, lo que nos delimita y diferencia frente a los demás. Para graficar esto último, hizo referencia a aquel aforismo que invoca: “Habla si quieres que te conozca”. Esto es así, según afirmó, porque “la lengua es el pulso del ser. La lengua es la piel que habitamos”. De la misma forma, la lengua es la que determina nuestras adscripciones identitarias, la que nos da un lugar en el mundo, pero al mismo tiempo nos la quita.
Cuando preguntaron a León Cadogan cuál fue el momento más revelador en las largas temporadas que pasó con los indígenas, señaló que fue cuando descubrió que palabra y alma constituyen una misma entidad para el pensamiento mbyá. A esta anfibología Cadogan dedica unas apostillas en el Ayvu Rapyta –“El concepto guaraní del alma”–, en las que analiza la construcción etimológica de las voces ayvu, ñe’ê y ’e. De allí enumera que estas traducen los dobles conceptos de: lenguaje humano-porción divina del alma, palabra-alma, decir-principio vital.
En otro pasaje de su ponencia apuntó que, así como no se pueden vestir dos pieles, difícilmente se puede habitar en dos lenguas. Esto en referencia al supuesto bilingüismo que caracteriza al Paraguay. Sobre este punto Melià aseveró que en el Paraguay no hay bilingüismo, sino diglosia, porque las dos lenguas no se emplean indistintamente en todos los ámbitos, sino que existen circunstancias sociolingüísticas que privilegian a una lengua a expensas de la otra.

El guaraní escrito

Al hablar de la producción escrita en guaraní tal como se enseña en los centros educativos, señaló que se trata de una lengua falsa, ya que no se corresponde en absoluto con el uso real del idioma. Agregó que en la enseñanza oficial existe una política de inmersión, un sistema castellano en el que son sumergidos todos por igual ignorando las variables sociales y culturales reconocidas en el texto constitucional, que declara que el Paraguay es un país multicultural y bilingüe. A raíz de esto existen campos en los que a una lengua le está prohibido el paso y, por lo tanto, a quienes la hablan. Por ello, al considerar que no existimos más allá de nuestra piel, es al tomar la palabra que nos presentizamos en el mundo.
Finalmente, y siguiendo la misma analogía, añadió que el contacto entre las lenguas en contextos de agresión, de asimilación y de guerra a veces deja marcas como el hierro candente. Así, esa piel que es la lengua guaraní, esa piel ágrafa en principio, fue ornamentándose con una literatura, adquiriendo colores con las gramáticas y lexicologías. Pero así también quedó marcada por hondas cicatrices que han permanecido como impronta de las vejaciones del colonialismo.

La conferencia formó parte de las jornadas “Fronteras y pueblos originarios” realizadas entre el 16 y 17 de noviembre, en el marco de la muestra Paraná Ra’anga, en el Centro Cultural de España Juan de Salazar (CCEJS), Asunción.