sábado, 15 de septiembre de 2012

“No está comprobado que los transgénicos no dañen la salud”

Jorge González, de Base Investigaciones Sociales.


 Jorge González, de Base Investigaciones Sociales (Base IS), nos habla en esta entrevista de las consecuencias en términos negativos del cultivo intensivo y extensivo de transgénicos así como las dudas sobre su inocuidad. González sostiene que “no está probado que los transgénicos no dañen la salud”. Ante esa duda, se debe imponer el principio precautorio. Es decir que, al no existir evidencia concluyente sobre la no toxicidad de esos productos, debe suspenderse su implementación hasta que se demuestre que no dañen la salud.

En Argentina se tienen ejemplos de primera mano sobre esta inversión de la carga de la prueba. Si antes eran los afectados quienes debían demostrar científicamente la relación entre las fumigaciones y las enfermedades que padecían; actualmente, ante la duda, son los empresarios y tecnólogos los que deben demostrar que tales cuadros epidemiológicos no son consecuencia de las aspersiones de agrotóxicos.

González se remite a los resultados obtenidos por Andrés Carrasco, jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA e investigador del Conicet de Argentina, en la investigación titulada “Herbicidas basados en glifosato producen efectos teratogénicos en vertebrados interfiriendo en el metabolismo del ácido retinoico”. En las exposiciones controladas a glifosato a las que estuvieron expuestos embriones de anfibios aparecieron las siguientes morbilidades reproductivas: “microftalmia (ojos más pequeños de lo normal), microcefalia (cabezas pequeñas y deformadas), ciclopía (un solo ojo en el medio), malformaciones craneofaciales (deformación de cartílagos faciales y craneales), acortamiento del tronco embrionario, deformaciones del aparato digestivo, respiratorio y de los tejidos que forman el corazón”.

En la presentación de su trabajo en Asunción, el propio Carrasco explicó que las malformaciones se daban a raíz de la alteración de las segregaciones de ácido retinoico, un metabolito de la vitamina A que regula el crecimiento. El investigador agregó que los resultados obtenidos con anfibios son extrapolables a los humanos porque todos los vertebrados desarrollan un proceso embrionario común.

–¿Qué implicancias y efectos representa el uso de transgénicos?

Y en primer lugar implica el uso de un paquete de agrotóxicos que tiene una patente, un dueño, como Monsanto, al que se debe pagar regalías. Los cultivos deben ser extensivos y mecanizados, para lo cual deben tumbar grandes superficies de bosques desplazando comunidades humanas, campesinas e indígenas, principalmente. Según datos oficiales de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC), la migración anual del campo a la ciudad es de 90.000 personas. Se calcula que la mitad es debido a la extensión de la soja. O sea que los campesinos e indígenas están siendo expulsados.


Además son cultivos derivados de laboratorio, pero que no salen de la nada. Empresas como Monsanto toman gratuitamente muestras de un patrimonio cultural y alimenticio de los pueblos como el maíz, lo llevan a sus laboratorios, le cambian un gen, patentan y luego cobran por lo que en principio era de uso libre y público. Luego está el riesgo de contaminación genética de las plantaciones aledañas a través del viento o la polinización de las abejas. Hay un peligro de que se uniformen todos los cultivos. En México se encontraron genes de RR e IVT,
de la Monsanto, en maíces criollos, lo que muestra la contaminación genética.

Para aumentar la producción ganadera se están cambiando los patrones alimenticios de los animales. Por ejemplo, se les está dando balanceados a base de maíz y soja, principalmente. Estos ganados, al empezar a comer granos, desarrollaron en sus estómagos bacterias como la E. coli, que generó muertes masivas de animales y, en consecuencia, crisis alimentaria.

También se producen ganancias muy concentradas. En el año 2010, el de la superzafra, en que se creció 14%, simultáneamente surgieron casi medio millón de pobres extremos. Para los ganaderos también fue un año óptimo. Según datos oficiales del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), de cada 100 ovillos faenados en frigoríficos, 97 se exportaron. En paralelo a esa producción, los precios de la carne subieron como nunca. Este modelo de producción crece de espaldas a las necesidades del pueblo paraguayo. Dicen que produjeron alimentos para 50 millones de personas, pero en nuestro país el hambre creció.

De hecho, en 2010 el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), tomando sus propios datos y los de Aduanas, el Censo Agropecuario, el Ministerio de Agricultura y del Ministerio de Industria y Comercio, mostró que al mismo tiempo que aumentaron los cultivos de soja, que fundamentalmente se exporta para alimentación de ganado, creció la importación de alimentos, sobre los que no hay ningún control. Estas plantaciones van copando los territorios que usualmente se utilizaban para el cultivo de rubros alimenticios.

–¿Y en materia de contaminación ambiental y daño a la salud?

–Como dijimos, el cultivo de transgénicos necesita un paquete de agrotóxicos. Según datos de la Senave, solo en Paraguay se usan 20 millones de litros de glifosato por año en la soja. Y eso no le sale gratis al equilibrio ambiental, a los arroyos, a los ríos. La tierra absorbe eso y se van degradando los minerales y el ejército de bacterias benéficas que tiene el suelo.

La mayoría de los estudios que tenemos sobre efectos en la salud es por exposición a las fumigaciones. La doctora Estela Benítez Leiva hizo una investigación en el 2007 en el Hospital Regional de Encarnación que muestra que aquellas madres embarazadas que viven en un radio de 1 km de los cultivos de soja que se fumigan sufren la posibilidad de que su hijo nazca con malformaciones o incluso de tener aborto espontáneo no deseado. Esas fumigaciones con glifosato principalmente afectan la salud reproductiva y el derecho a la vida de las comunidades.

También está la investigación del doctor argentino Andrés Carrasco, jefe del laboratorio de embriología de la UBA, que demuestra que el glifosato afecta el correcto desarrollo del embrión. Su experimento fue con anfibios y vertebrados que tienen la misma mecánica embrionaria y desarrollo genético que el ser humano.

La gran pregunta ahora, después de que este gobierno de facto y su ministro de salud Antonio Arbo hayan liberado el maíz transgénico, es si ese maíz que recibe dosis de glifosato cuando va a la mesa sigue teniéndolo. Hay estudios a nivel mundial que demuestran que conservan un grado de toxicidad.

En Canadá dos científicos de la Universidad de Sherbrooke tomaron muestras de sangre a mujeres que estaban embarazadas y a otras que no. En primer lugar se verificó que no hayan estado expuestas a fumigaciones de glifosato o glufosinato. Se encontró en la sangre de estas mujeres glifosato, glufosinato y toxinas BT. La hipótesis es que llegó a la sangre a través de la dieta. O sea que a pesar de toda la cadena no se degradaron en el organismo.

Concretamente, no está probado que los transgénicos no dañen la salud. Esto está en revisión y mientras no se compruebe totalmente  no se puede liberar para consumo humano. Debe prevalecer el principio precautorio de la salud. Ante la duda, se debe privilegiar a la población y no a un puñado de cinco empresas.

–Es decir que, como mínimo, se está violando el principio precautorio y se está exponiendo a un peligro potencial a la población al habilitar un producto cuya inocuidad no está fuera de duda.

–Justamente eso nosotros le cuestionamos a este ministro de facto. Antonio Arbo dice: vengan a demostrar por qué es nocivo para la salud. Debe ser al revés. Para que él firme la liberación de esos productos bajo sospecha las empresas y él mismo deben demostrar que no son tóxicos. Estas corporaciones como Monsanto tienen un poder político muy grande en todo el mundo. Nunca presentan acabadamente sus estudios. Siempre presentan a medias o en términos ambiguos.

Hace poco en Argentina salió una fallo que condena a medidas alternativas a un productor sojero y a un fumigador aéreo por hacer pulverizaciones con glifosato y endosulfán en el barrio Ituzaingó, anexo de Córdoba. En este barrio se dispararon los casos de cáncer. En 2005 se hicieron a niños de ese barrio estudios de sangre. De cada 10 niños, 9 tenían esa sustancia en la sangre. Las madres entablaron una demanda y ganaron, pero solo consiguieron medidas alternativas.  

 El fiscal incluso manifestó que tenía la intención de pedir a las autoridades sanitarias argentinas una revisión general de la clasificación de la toxicidad de esas sustancias, principalmente el glifosato. La OMS considera al glifosato moderadamente tóxico y no cancerígeno, pero la doctora Benítez Leite dice que esa clasificación se hace de acuerdo a la exposición aguda, instantánea, pero el glifosato actúa de manera crónica, en el tiempo, se va acumulando en el cuerpo.  

–Se supone que la liberación se hizo luego de estudios exhaustivos y que los resultados están disponibles para que todos los consumidores puedan consultarlos libremente.

El secretismo es el instrumento que utilizan para ir entrando. No se respeta el derecho a la información. El doctor José Mayans escribía justamente que le hubiera gustado que antes de la liberación se hayan hecho más estudios sobre la estabilidad genética en la cuestión nutricional y la alerginicidad. La información se esconde. Nosotros entrevistamos a un representante del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) del Ministerio de Salud y le preguntamos cuáles son los cultivos transgénicos que están en estudio y cuya liberación las empresas están gestionando. Y él nos respondió que no nos podía decir porque hay un decreto que protege el secreto corporativo. Entonces, ¿qué pesa más, qué es más justo? ¿El derecho a la información de toda la población que va entrar a consumir quién sabe qué cosa o el secreto empresarial de esas corporaciones? ¿Si los transgénicos no son perjudiciales, por qué se oponen a que en los supermercados los productos aclaren, por ejemplo, que esta o aquella galletita utiliza glucosa o jarabe de maíz transgénico? Es una lucha que estamos llevando así como se logró luego de años que en las cajas de cigarrillos se inscriban las leyendas sobre el perjuicio a la salud. Hasta lo último maniobran para que no se dé a conocer la información sobre el origen de los alimentos.

Para la liberación del algodón de Monsanto que usa el tan cuestionado glifosato se violaron abiertamente normas, leyes y procedimientos elementales. Cuando se presenta una solicitud de este tipo, la reglamentación dispone que se deben hacer ensayos regulados, que deben ser supervisados por las instituciones. No se hicieron estudios de viabilidad agronómica.

–Al parecer las malezas y los hongos son cada vez más resistentes a los agrotóxicos, lo cual obliga a usar más cantidades de químicos y recurrir a otros que ya habían caído en desuso. Sin embargo, los defensores sostienen que los transgénicos necesitan menos herbicidas y fungicidas.

–El mayor exponente de esos disparates es el propio presidente de facto Federico Franco. Es una falta de respecto a la salud pública paraguaya y más todavía para aquellas comunidades fumigadas permanentemente. Con respecto a eso de que se usan menos “defensivos”, como le llaman, se sabe que las especies generan resistencia y hay que crear sustancias más fuertes, más nocivas o hay que aplicar más cantidades.

Eso no descarta tampoco que las propias empresas, que tienen un accionar medio de matón y muy poco ético, estén metiendo puntos débiles en sus especies para vender los químicos, como hacen con los virus en la informática. Por ejemplo, el algodón BT puede estar preparado para repeler mariposas y el gusano oruga, pero no el picudo, que es el huésped más indeseado en el algodón en Paraguay. Entonces igual debe usar productos para este picudo.

En las experiencias de este algodón de Monsanto en Colombia y en India se demostró que es mentira que usen menos químicos. La propaganda es que ya viene incorporado el insecticida, pero también se comprobó que mata insectos benéficos como las abejas. Las abejas pueden transportar esos tóxicos a sus colmenas y con eso hasta la miel que consumimos ya está en duda.  Se están viendo fenómenos como la colmatación de colmenas, que implica una muerte generalizada de las abejas dentro de las colmenas. Lo natural es que las abejas mueran fuera de sus colmenas, pero ahora están muriendo adentro. Las abejas están desapareciendo en las zonas donde se hacen las fumigaciones.  

El agronegocio necesita cada vez más agroquímicos porque la uniformidad de los cultivos degrada la biodiversidad  matando insectos benéficos y otras especies que se regulan mutuamente. Frente a todo esto se puede contraponer la diversificación de fincas agroecológicas. “Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, cultivando pequeños huertos…que alimentarán al mundo”, como dice el proverbio africano.

“El Estado colombiano es el más terrorista del continente”

Najeeb Amado, secretario general del Partido Comunista Paraguayo (PCP)


El programa Ápe ha Pépe, emitido en Radio Nacional, entrevistó al secretario general del Partido Comunista Paraguayo (PCP), Najeeb Amado, el pasado sábado 8 de setiembre, a fin de analizar el diálogo de paz abierto en Colombia entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos. Amado afirma que el exministro de defensa de Álvaro Uribe se ve obligado a tratar con la insurgencia como parte de un proyecto de expansión de la matriz económica agroexportadora. Los desequilibrios climáticos mueven a la búsqueda de nuevos territorios para la industria de la deforestación y el monocultivo extensivo de transgénicos, en especial soja.  

Asimismo, rechaza que las FARC sean una “narcoguerrilla”, como sostienen el Gobierno y sus aliados.  La guerrilla persiste, agrega Amado, porque tiene simpatía, apoyo y legitimidad ante los ojos de los sectores populares. “Si las FARC fueran un grupo criminal, hubieran sido derrotadas hace tiempo”, precisa. 

Una de las trabas iniciales que está enfrentando este proceso es que las FARC plantean un cese bilateral del fuego, pero el Gobierno aduce que las operaciones militares persistirán hasta que terminen las negociaciones. “Estamos preparados para la guerra y la paz”, desafío Santos ante la propuesta. Si bien aseguró que prefiere la paz, lo cierto es que será difícil negociar en un clima de hostilidades y ataques armados. Aún están frescos en la memoria los antecedentes de los fallidos Acuerdos de Paz de la Uribe. En 1984 se firmó una tregua con el gobierno de Belisario Betancourt, mediante el cual las FARC deponen las armas y participan en procesos electorales con la Unión Patriótica (UP) conquistando espacios de representación parlamentaria y regional. Pero en los años subsiguientes son asesinados 5.000 militantes de la UP y otros cientos son heridos, perseguidos, desaparecidos y exiliados.

El secretario del PCP identifica los orígenes de este conflicto social en las graves desigualdades que afectan a Colombia que, de un total de 47 millones de habitantes, tiene 30 millones de pobres y donde el 10% más rico concentra el 50% del PIB, en tanto que el 10% más pobre apenas recibe 0,6%, según los propios datos oficiales. En cuanto a migración forzada, hay unos 5.200.000 desplazados y más de 6.000.000 de hectáreas han sido usurpadas a los campesinos.

–¿Cómo ve el PCP los diálogos de paz abiertos en Colombia entre las FARC y el Gobierno?

–Primeramente nosotros saludamos todo proceso hacia la paz: paz de vivienda, paz de empleo, paz de democracia, paz de salud, paz de educación. Todo proceso por la paz y la justicia social es bienvenido en cualquier rincón del mundo. En ese sentido nuestra organización saluda este diálogo. Los conflictos –matices más, matices menos– se dan por la injusticia. A mí me tocó participar en agosto pasado en el Cabildo de la Juventud de la Marcha Patriótica (MP) en Cartagena. La figura más conocida de la MP es Piedad Córdoba, quien actuó de mediadora en los procesos de diálogo de paz con las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), situación que le valió la inhabilitación en el Parlamento y a postularse a cargos electivos por 18 años. Esto es parte de un proceso de criminalización contra los actores democráticos. El Estado colombiano tiene el triste mote de ser el más terrorista de todo el continente. Los niveles de terrorismo de Estado en Colombia son atroces.  Tenés unas fuerzas armadas que con motosierras han cortado las extremidades  a los campesinos mineros en un caso, por ejemplo.

Imaginate que EE.UU., que es otro Estado terrorista, retuvo durante el gobierno de Uribe la renovación del tratado de libre comercio por la cantidad de asesinatos selectivos de sindicalistas y dirigentes de grupos sociales. Hasta EE.UU. en un momento prefirió tomar distancia del uribismo para evitar el aumento de su desprestigio, en una actitud totalmente cínica. El conflicto colombiano tiene sus orígenes en la extrema desigualdad, una de las mayores del mundo. La situación en Colombia es lacerante. Estamos hablando de una población de 47 millones de personas, de las cuales 30 millones son pobres.

Además, que el  gobierno de Santos se vea obligado a abrir este diálogo tiene relación con que estamos a 12 años de la implementación del Plan Colombia en alianza con EE.UU. El país sudamericano tiene las segundas fuerzas armadas del hemisferio después de EE.UU. Es decir, Colombia tiene unas fuerzas armadas superiores a las del Brasil. En 12 años en el Plan Colombia se gastaron 10.000 millones de dólares con un total de 500.000 efectivos y aun así no pudieron derrotar a la insurgencia. Al margen incluso de la justeza o no de la insurrección armada, ¿cómo se explica que el Gobierno colombiano, a pesar de tener el mayor ejército de Latinoamérica, no haya podido derrotar a la insurgencia?

Es por esto que hablar de acuerdos de paz en Colombia es dar participación al pueblo y sus diversos sectores: trabajadores, campesinos, estudiantes, indígenas, hombres y mujeres para que definan la paz, entendida desde la solución de los problemas estructurales que han motivado la insurrección armada, o sea, la solución de problemas que hacen al acceso a vivienda, agua potable, electricidad, alimentación, vestimenta, trabajo digno, educación y salud de calidad. Y estos problemas serán solucionados en la medida en que el pueblo colombiano, organizado y movilizado, genere las condiciones que garanticen la actividad política sin terrorismo de Estado.

–Es decir, a pesar de la asimetría de fuerzas, hay una suerte de legitimidad social de la guerrilla que hace que ésta no haya podido ser eliminada.

–Las FARC-EP  son un grupo beligerante y no una banda delincuencial. La insurgencia tiene un proyecto político, que puede ser correcto o equivocado, pero que necesita de espacios de interlocución para poder discutir. Además cuenta con protección popular. Si hay una lucha armada y el pueblo no apoya, esa insurgencia rápidamente es aislada y derrotada. Si las FARC fueran un grupo criminal, hubieran sido derrotadas hace tiempo. Hay un derecho humano universal y de rango constitucional: el derecho a la rebeldía contra la injusticia y la tiranía.

Son 50 años de conflicto. Hay generaciones que no saben lo que es vivir fuera de la guerra. Nosotros esperamos que las negociaciones de paz lleguen a buen término. La guerra naturaliza situaciones que más bien deberían ser confrontadas, como el terrorismo de Estado. En conversaciones anteriores en los 80, cuando las FARC bajaron las armas y se sumaron a la Unión Patriótica, 5.000 militantes y dirigentes de este grupo fueron asesinados por el gobierno con el que se estaba conversando. En todo este proceso la fiscalía colombiana reconoce que hay 50.000 desaparecidos. Por ejemplo, en los últimos 10 años hubo 1.500 sindicalistas desaparecidos que no estaban vinculados a la insurgencia armada, no estaban en el fuego cruzado. Hay 2.000 personas asesinadas como falsos positivos y 25.000 homicidios reconocidos por los paramilitares.

Por eso nosotros estuvimos preocupados durante el gobierno de Lugo cuando Rafael Filizzola establece la figura de la recompensa para capturar al EPP. Cuando el Gobierno de Colombia plantea esa situación, muchos paramilitares matan campesinos pobres inocentes y le montan uniformes  de guerrillero para cobrar esa recompensa. Incluso dados  los niveles de desigualdad, muchos ciudadanos también lo hacían porque no encontraban otra forma de sustento.

–En cuanto a los procesos fallidos de paz, ¿qué parte de la responsabilidad le toca al Gobierno?

–El Ejecutivo colombiano es el que más ha boicoteado el diálogo de paz. La guerra es una industria muy fructífera para el Gobierno. Días antes del encuentro en  Cartagena, el ministro de Defensa de Santos hizo una conferencia de prensa para “alertar” a los hoteleros de que miles de jóvenes colaboradores de la “narcoguerrilla” de las FARC se reunirían en la ciudad. Cancelaron las reservas en los hospedajes y los centros educativos y universitarios donde se iban a desarrollar las mesas de reflexión del Cabildo Nacional de la Juventud. Hablamos de niveles de boicoteo altísimos.

–Hasta qué punto la apertura de este marco se debe a que el actual presidente de Colombia sea Santos y no Uribe. Éste de hecho se ha manifestado impetuosamente en contra. ¿Qué hay de continuidad y qué de ruptura en esta administración con respecto a la anterior?

–Uribe está siendo investigado por los vínculos con los paramilitares. La pregunta es por qué los EE.UU., que fueron mentores de Uribe, ahora están investigando y judicializando al entorno de su protegido. Y eso tiene que ver con el desgaste de la política uribista. La confrontación con Venezuela generó una caída del comercio bilateral y entonces el proyecto de dominación debe reciclarse para seguir acumulando riquezas y ahí surge Santos, que restaura las relaciones con Chávez y Venezuela  para recuperar el equilibrio económico.

Santos proviene de una familia de los sectores tradicionales de la oligarquía, que no es el caso de Uribe, que viene de una familia de narcotraficantes. Santos no tiene la intención de resolver los problemas de desigualdad. Esas dos vertientes del proyecto oligárquico hacen alianzas, pero ahora se tuvo que sacrificar esa política de alianzas en favor de una confrontación con el uribismo, situación que, a mi entender, no durará mucho porque en la medida en que los pueblos se organizan para ejercer poder, los sectores minoritarios que detenten el poder de manera injusta vuelven a cerrar filas y apelan a la violencia y al terrorismo más atroz para reprimir los intentos de liberación.

La situación productiva de Colombia hace que haya que dar un giro para sumarse a los países agroexportadores, principalmente de soja. Entonces para aplicar esos monocultivos extensivos necesita negociar la paz. Vean que, si la insurgencia pudo sobrevivir al Plan Colombia, lo fácil que sería quemar esos cultivos.

El problema productivo, el fracaso del plan Colombia y la creciente organización del pueblo colombiano son los factores que han obligado a que el Gobierno considere una mesa de diálogo para  acuerdos de paz. El último factor, el del pueblo movilizado es fundamental, porque la verdadera democracia será hija de gestas heroicas que hoy encuentran una importante síntesis en Colombia con la emergencia de Marcha Patriótica.

–¿De qué democracia cabe hablar en tiempos de guerra y capitalismo? ¿Democracia o dictadura?

–Esta democracia está reducida a la política vil que se vale de la prebendarización, del uso del dinero, de la compra de votos, del soborno, de la trampa para sostener estos regímenes que tienen de democrático mucha más apariencia que esencia.

Hay que ver también cómo se asimiló el término de dictadura con el de tiranía. No es lo mismo ser dictador que ser tirano. El dictador dicta normas, que pueden ser buenas o malas. La tiranía, en cambio, actúa siempre desde un sentido de perversión. El capitalismo se encarga de igualar los términos de tiranía y dictadura porque el marxismo define el gobierno de los explotados como dictadura del proletariado, pero el marxismo habla en términos de dominio de clase y desde una visión integral del ejercicio del poder. Mientras haya Estado tenemos dictadura en términos de dominio de una clase sobre otra. Ese dominio se puede ejercer bajo un régimen político democrático o tiránico. La dictadura del proletariado es el ejercicio del poder de esa clase. Las organizaciones revolucionarias la reivindicamos desde un régimen político absolutamente democrático, un gobierno por y para los trabajadores, una instancia de representación en que las mayorías dictan normas de convivencia.

El nivel de concentración de riquezas que ha generado el modo de producción capitalista encuentra en su relación con la democracia un nivel de antagonismo irreconciliable. Hay un trabajo del argentino  Héctor Agosti,  El mito de la democracia en el capitalismo, que plantea que es imposible hablar de democracia –el sistema que reivindica el poder de las mayorías y que fuera definido por el gran demócrata Abraham Lincoln como el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo– en los márgenes del modo de producción capitalista. Un modelo que privilegia el lucro y lo material por encima del hombre. Estamos sujetos a la producción de bienes y servicios en una relación de esclavos en lugar de producir los bienes y servicios para la satisfacción de nuestras necesidades. Hay un conflicto del modo de producción capitalista con la democracia que no puede ser resuelto en el marco de ese mismo modo de producción. 

La pacificación de nuestro mundo guarda relación con el diseño y la construcción de un sistema, de un modo de producción que supere al sistema, al modo de producción capitalista, que lo supere en términos humanistas, recuperando un orden de valores que elimine totalmente a la guerra y se centre en el colectivismo y en la participación mancomunada, tanto en la producción integral de la vida como en la distribución de las riquezas, asumiéndonos nosotros, como decía Eduardo Galeano, los humanitos, como parte de la naturaleza y, en consecuencia, respetándola como generadora de vida. Sabemos que en el marco del capitalismo es imposible. Sabemos que la paz en Colombia será una realidad cuando la distribución de riquezas sea justa.

La crisis capitalista nos hace un gran llamado a la imaginación, a la creatividad, al encuentro, a la organización, a la planificación y a la disciplina que permitan una salida superadora en términos humanistas, salida que para nosotros es el socialismo y luego el comunismo. Seguro que hay diferencias en cuanto a salidas, lo importante es que nos encontremos y coloquemos elementos comprobables, que elevemos nuestros procesos creativos y de planificación, para lograr el acuerdo que permita el ejercicio del poder a las mayorías, que permita, en última instancia, el ejercicio de la verdadera democracia.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Manotazos de ahogado

Álvaro Uribe, expresidente de Colombia (internet)


Antes de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos anunciaran públicamente la existencia de un diálogo para llegar a la paz, el expresidente colombiano Álvaro Uribe salió a denunciar la “claudicación” de su exministro de Defensa y actual Mandatario, quien a su vez replicó sin nombrarlo que no se dejará “amedrentar por los saboteadores que suelen aparecer en estos momentos”.

Uribe se desgañita desesperadamente dando manotazos de ahogado al ver que sus vínculos con el narcotráfico y los paramilitares de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia se ven cada vez más al descubierto. Muchos de los que fueron sus colaboradores más cercanos están presos o en juicio por cargos de narcotráfico, escuchas ilegales a jueces, periodistas y opositores, las ejecuciones a los falsos positivos, y otros crímenes de los paramilitares.

El hijo dilecto latinoamericano de Washington (en especial durante el mandato de George Bush) siente que en cualquier momento le puede llegar el turno. Si Uribe se hunde, las ya menoscabas credenciales de EE.UU. en materia de derechos humanos se verán más degradadas aún, por lo que sus benefactores del Norte lo seguirán sosteniendo al menos por algunos años más.

Hasta ahora brinda conferencias en universidades de EE.UU. y otros países, pero últimamente tuvo que cancelar algunas presentaciones ante las protestas estudiantiles contra los crímenes y asesinatos cometidos durante su gobierno en perjuicio de sindicalistas, activistas de DD.HH., opositores, estudiantes, etc.

Ya le llegará el turno.


Informe de 1991 del Departamento de Defensa de EE.UU. que vincula al expresidente (entonces senador) Álvaro Uribe con el Cartel de Medellín



82. Álvaro Uribe Vélez – Político colombiano y senador dedicado a colaborar con el Cartel de Medellín desde las más altas instancias gubernamentales. Uribe estuvo enlazado con negocios del narcotráfico en EE.UU. Su padre fue asesinado en Colombia por sus conexiones con el tráfico de drogas. Uribe

trabajó para el Cartel de Medellín y es un cercano amigo personal de Pablo Escobar Gaviria. Él participó en la campaña de Escobar para ganar un escaño de parlamentario suplente de Jorge Ortega. Uribe fue uno de los políticos que, desde el Senado, atacó toda forma de tratado de extradición.