“El descubrimiento
del castellano paraguayo a través del guaraní. Una historia de los
enfoques lingüísticos”, es el título del libro que fue lanzado
el último miércoles 31 de octubre en la sede de la Sociedad
Científica del Paraguay.
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Las lingüistas Malvina Segovia, Soledad Acosta y Hedy Penner |
La presentación estuvo a
cargo de las tres autoras –Malvina Segovia, Soledad Acosta y Hedy
Penner–, quienes fueron dando cuenta de la organización del texto
así como graficando con ejemplos el entrecruzamiento de esos
universos lingüísticos, el continuo tráfico e intercambio, que
algunos investigadores incluso llegaron a definir como una tercera
lengua, que no es castellano ni guaraní pero es las dos cosas al
mismo tiempo.
Segovia destacó en su
intervención que una de las particularidades del castellano
paraguayo es que ninguna otra variante del continente recibió más
influjo de una lengua amerindia, en este caso el guaraní, como
nuestro tan denostado jopara,
que tanto desconcierto genera entre los cultores “del buen hablar”
y que consiste básicamente “en una forma alejada de la matriz
ibérica”, expresó.
Desde la perspectiva de la
teoría del sustrato, los primeros estudios hablan de un castellano
de guaraniparlantes, en referencia a las marcas que recibió la
lengua colonial de la vernácula. A ello podríamos agregar el
fenómeno inverso, es decir, el del superestrato, en el que se
verifica un movimiento en dirección contraria en el que la lengua
nativa incorpora elementos, principalmente léxicos, de la lengua del
colonizador. En la actualidad esto se da sobre todo porque el guaraní
no ha experimentado un proceso de estandarización acorde a las
necesidades de nuestro tiempo, lo cual no constituye una debilidad de
la lengua misma, sino de sus instituciones.
Posteriormente, Soledad
Acosta brindó una explicación de la estructura y lógica del libro.
En primer lugar relató que el estudio se basa en una cronología de
los distintos niveles de análisis lingüístico empleados, entre los
que resaltamos aquí el paso de lo normativo a lo explicativo. Esto
es, más que emitir juicios valorativos sobre la corrección o no de
las formas del habla de nuestro castellano guaranizado o guarañol,
se procede a describir los hechos lingüísticos sin juzgarlos desde
la norma, sino desde la pragmática en tanto acto comunicativo con
sus propias lógicas internas.
Sobre esto puso ejemplos
de la interferencia del guaraní en el uso de las preposiciones, como
nuestro muy típico “me voy en mi casa” (me voy a mi casa, en la
forma castiza), que es un calco del guaraní, en el que el estar y el
irse –“aime che rógape” y “aha che rógape”– se marcan
con la misma forma preposicional, que denota tanto estado como
movimiento. Asimismo, citó algunos ejemplos y usos de nuestros
“graciosos” marcadores discursivos, como el piko, pio, na, etc.
Por último, Hedy Penner
resumió las dos dimensiones de la obra, por una parte informativa y,
por la otra, formativa. Luego agregó que esta investigación
pretende constituirse en una muestra panorámica de la teoría ante
los hechos lingüísticos, de los ejes y el tratamiento aplicado al
castellano del Paraguay. Entre los trabajos al respecto mencionó que
muchos han sido especialmente sensibles a la dimensión normativa, lo
cual devino en la estigmatización del registro popular.
Aunque las autoras
insistan en que su propósito no es valorar normativamente, sino
presentar un corpus descriptivo de la lengua, el resultado de la obra
es que termina dignificando una variedad dialectal marginada, cuyos
usuarios están reducidos a la condición de hablantes de segunda
categoría, de “guarangos”. El objetivo del trabajo es “ofrecer
pistas a investigaciones necesarias, señalar las falencias teóricas
existentes así como los conceptos que deben ser repensados”,
concluyó Penner.
Y, finalmente, el brindis.
Ya un tanto envalentonados por la suma de tragos, mi compañero y yo
nos acercamos a saludar a las autoras. De pronto advertimos, con
cierta preocupación, que el vino y los bocaditos habían acabado.
“Mba’e pio jajapóta?”, me pregunta. “Y yo me voy en mi casa,
mba’e”, le respondo.