El consumo de la yerba mate es una de las costumbres más
arraigadas en la cultura paraguaya y un elemento primordial de socialización,
principalmente a través del tereré. Sin embargo, no siempre fue una costumbre
aceptada, al menos en el plano oficial, puesto que llegó a ser perseguida por
autoridades coloniales e incluso fue denunciada ante la Inquisición como una
práctica demoniaca.
Grabado del siglo XVIII sobre proceso de secado
y preparación de la yerba mate.
Este
11 de octubre se conmemora el Día de la Yerba Mate, una fecha instituida con el
fin de difundir y valorizar su uso como elemento tradicional de la cultura
paraguaya, así como para incentivar la investigación sobre sus propiedades y
utilidades. El Ilex paraguayensies o ka’a, yerba en guaraní, es un
cultivo que llegó a nosotros a través de los guaraníes, que bebían una infusión
de las hojas de esta planta con fines estimulantes.Desde
la época de la Colonia, a falta de metales preciosos, la yerba fue uno de los
principales rubros de la economía de la entonces provincia. No obstante, fue un
género de la naturaleza cuyo valor fue menoscabado en principio por los
españoles, quienes lo consideraron un producto pobre.
En
el siglo XVII, al generalizarse su consumo, fue perseguida por las autoridades
coloniales por supuestamente fomentar la holgazanería e incluso fue relacionada
con prácticas diabólicas por la jerarquía eclesiástica. La historiadora
Margarita Durán Estragó refiere, en el capítulo Conquista y colonización
(1537-1680), que Hernandarias, el primer gobernador criollo de la Provincia
del Paraguay, en 1618 buscó prohibir el uso de la yerba bajo la creencia de que
hacía a los hombres “viciosos y haraganes” y que incluso ordenó la quema de
varios cargamentos. Por su parte, el sacerdote jesuita Diego de Torres de Bollo
denunció ante la Inquisición que se trataba de “una superstición diabólica que
acarrea muchos daños”.
Sin
embargo, los asuntos de Dios tuvieron que ser relegados ante las urgencias
temporales, por lo que las denuncias no fueron oídas por la Corona española,
que priorizó sus fines recaudatorios, asevera la autora. En cambio, a pesar del
enriquecimiento de los comerciantes y los ingresos fiscales que generaba para
la metrópoli, la economía provincial no se benefició significativamente del
aumento de la explotación de este rubro y mucho menos los trabajadores de los
yerbales, que debían soportar pesadas jornadas laborales atrapados en un
círculo de esclavización a través de las deudas. (Este esquema de reclutamiento
forzoso de trabajadores sería denunciado en tiempos muy posteriores por la
lírica exaltada del escritor español Rafael Barrett en “Lo que son los
yerbales”, un folleto publicado en 1918).
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Los mensúes, cuya situación fuera vehementemente denunciada
por el escritor español Rafael Barrett en su folleto titulado “Lo que son los
yerbales”.
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A
más de ello, en 1680 la castigada economía de la provincia tuvo que enfrentar
una carga extra con la aplicación de nuevos impuestos a la yerba para financiar
la defensa de Buenos Aires ante el ataque de los piratas ingleses. Durán
Estragó detalla que esta imposición se cobraba en Santa Fe y consistía en
“medio peso sobre cada arroba (antigua unidad de medida equivalente a 11,339
kilogramos, ndr.) de yerba introducida y un peso para la que iba al Perú y
Tucumán”.
La “liberalización” del rubro
Si
en principio los jesuitas denunciaron la yerba como un artificio del demonio,
posteriormente esta se convertiría en el rubro estrella de las misiones controladas
por la Compañía de Jesús. En el siglo XVIII, la orden sería beneficiada con el
monopolio de la producción, por lo que pronto también tuvo que cambiar la
versión sobre cómo se reveló al hombre el uso de esta planta. Si antes eran las
fuerzas del mal, el relato tuvo que acomodarse y San Bartolomé pasó a ser el
héroe cultural que instruyó sobre los usos y propiedades de este vegetal a los
indígenas.
La
importancia que adquirió este producto fue tal que los beneficios de los que
gozaban los jesuitas despertaron los celos de los comerciantes criollos, lo
cual terminaría desembocando en la Revolución de los Comuneros, un importante episodio
de nuestra historia señalado como un antecedente fundamental de la
Independencia.
El
historiador Herib Caballero Campos, en un texto titulado El Virreinato del
Río de la Plata (1776-1810), relata que luego de la expulsión de los
jesuitas y el fin del beneficio monopólico que estos detentaban, la
liberalización del rubro, una política impulsada en el marco de las reformas
borbónicas, propició un considerable aumento de la producción.
Así,
en 1776 las exportaciones de la yerba llegaron a 27.000 arrobas, que subieron a
125.271 arrobas en 1781 y 247.290 arrobas en 1783. El pico de la producción de
la época llegaría en 1798 con 330.480 arrobas.
Su cultivo en la actualidad
Un
documento de trabajo elaborado por la Ing. Agr. Zunilda Funes Godoy indica que
la producción al 2018 llegó a 171.906 toneladas de la hoja verde y 65.324 toneladas
de yerba mate canchada y elaborada en una superficie de 28.651 hectáreas. De esta
forma, Paraguay se ubica como tercer productor mundial de este producto luego de
Brasil y Argentina. Las exportaciones al 2020 fueron de 21.293.231 de kilos neto
y USD 26.784.265 FOB (valor de la mercancía puesta en puerto), en tanto que las
importaciones fueron de 228.924 kilos neto y USD 500.356 CIF (coste, seguro y
flete).
La Ing.
Agr. Zunilda Funes Godoy, experta en yerba mate y autora de numerosos informes
sobre el rubro.
En
tanto, datos del Centro Yerbatero indican que el sector emplea a unas 55.000 personas.
En cuanto a su aporte tributario, dos empresas del ámbito figuran en el ranking
de los 500 mayores contribuyentes del Ministerio de Hacienda. Ambas firmas
aportan en conjunto poco más de 5.800 millones de guaraníes al fisco en
concepto de impuestos, intereses, mora, etc.
La
experta detalla que hay un total de 15.000 fincas dedicadas a este rubro, de
las cuales el 92% de la producción primaria se realiza en el marco de la
agricultura familiar y solo el 8% restante corresponde a la agricultura
empresarial. La principal distorsión de mercado verificada es el oligopsonio,
un pequeño grupo de compradores y acopiadores que imponen precios bajísimos a
los productores, que desde siempre fueron el eslabón menos favorecido de la
cadena.
Un clima ideal
Nuestro
clima y suelo, caluroso y húmedo, fueron especialmente propicios como hábitat
de esta planta. En efecto, desde antaño los cronistas dieron cuenta de su uso
como un modo de combatir los rigores de nuestro clima. En este sentido, la
historiadora Margarita Miró Ibars, en un artículo titulado “La yerba mate en la
cultura guaraní y el origen del tereré”, recoge un relato del padre y naturalista
Pedro Montenegro (1663-1728), quien señala que “socorrió Dios con esta medicina
a esta pobre tierra por ser más conducente a ella que el chocolate, y vino a
sus naturales habitadores así como lo es el cacao en el Oriente, porque estas
tierras muy calientes y húmedas causan graves relajaciones de miembros, por la
grave aspersión de los poros, y vemos que de ordinario se suda con exceso, y no
es remedio el vino ni cosas cálidas para reprimirlo, y la yerba sí, tomada en
tiempo de calor con agua fría, como la usan los indios, y en tiempo frío o templado
con agua caliente o templada”.
Actualmente
su uso no conoce prácticamente de diferencias de clase, pues el hábito de
beberla se halla difundido en todos los estratos sociales. Miró Ibars
apunta a Eligio Ayala como promotor del consumo entre la élite paraguaya, pues
hasta las primeras décadas del siglo pasado su uso se circunscribió a las
clases pobres, especialmente a través del cocido. La autora añade que Ayala envió
muestras a varios laboratorios del mundo confirmando las bondadosas cualidades
de la yerba y la superior calidad química de la que se cultivaba en nuestro
país. En efecto, varios estudios confirman sus propiedades nutritivas,
estimulantes, digestivas, refrescantes, entre otras.
Datos sobre la
planta publicados en catálogo europeo de botánica del siglo pasado.
Por ello, aunque la pandemia
haya menoscabado su práctica aglutinadora, cuando el cuerpo y la mente parecen
no dar más, ya sea en el campo o la ciudad, un par de sorbos bastarán para
aplacar los efectos del tremendo calor paraguayo y reanudar con nuevos bríos la
rutina diaria.Fuentes
Caballero,
Herib (2011) El Virreinato del Río de la Plata (1776-1810). En Telesca, Ignacio
(coor.) Historia del Paraguay (pp. 155-169). Asunción: Taurus.
Durán
Estragó, Margarita (2011). Conquista y colonización (1537-1680). En
Telesca, Ignacio (coor.) Historia del Paraguay (pp. 75-100). Asunción: Taurus.
Funes
Godoy, Zunilda (2021) Yerba mate. Panorama global 2020/21. Documento de
trabajo (inédito).
Miró Ibars, Margarita (2015) La
yerba mate en la cultura guaraní y el origen del tereré, disponible en: http://www.cultura.gov.py/2015/02/la-yerba-mate-en-la-cultura-guarani-y-el-origen-del-terere