martes, 17 de abril de 2012

Penalización de las drogas: la más inútil de las prohibiciones



Informe de la U.S. Defense Intelligence Agency (DIA) en el que se habla de los nexos del expresidente colombiano (entonces senador) Álvaro Uribe con el narcotráfico. 


Indígenas de Bolivia solicitan la despenalización del "acullico" o mascado de coca, una práctica ancestral del Altiplano (internet).

La elevación de la propuesta de despenalizar el consumo de algunas drogas a las más altas instancias institucionales de nuestro continente evidencia la irrupción de un frente de sensatez en contra de la guerra absurda e inútil de la prohibición. El tema se ha vuelto a instalar en la pasada Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena, Colombia, aunque no se haya podido llegar a una declaración sobre esa y otras cuestiones controvertidas como Cuba y Malvinas.

Si bien aún hay mucha resistencia en la materia, las actuales estrategias de lucha contra el narcotráfico deberán ser cambiadas si en verdad se procura disminuir los actuales índices de violencia y criminalidad. El orden penal vigente solo propicia la corrupción judicial y el matonismo de muchos cuerpos policiales que actúan al servicio del narco.

EE.UU., financista y promotor de la multimillonaria industria de la proscripción, tuvo que admitir la legitimidad de sentarse a discutir el tema, cuando antes se mostraba indispuesto siquera a mencionarlo. Ya no se puede guardar las formas de un círculo siniestro mediante el cual el Norte brinda los créditos a los países latinoamericanos para comprar del propio acreditador las armas para este infructuoso combate.

Y esta guerra no solo es inútil y costosa, sino inmoral. Es un desatino pernicioso que el Estado se atribuya jurisdicción sobre asuntos que atañen estrictamente al fuero individual, como lo constituye el derecho imprescriptible de cada uno de administrar las angustias y los abismos del espíritu con los medios que juzgue pertinentes, en tanto estos no apeligren al conjunto de la sociedad, como de hecho no representa peligro alguno, por ejemplo, el goce solitario del onanismo o un porro cada tanto.

Hay sí drogas peligrosas que deben ser combatidas, como el crack, que está causando estragos en los sectores más empobrecidos de la sociedad.

Precisamente, en la Cumbre Social de líderes indígenas previa a la reunión de mandatarios de las Américas, se aclaró que los nativos del Altiplano plantean la legalización de la hoja de coca, pero no de la cocaína. “La hoja sagrada debe tener vida y no muerte”, aseguraron. Algunas etnias de nuestro continente atribuyen propiedades sagradas a la planta y la utilizan con fines curativos y rituales, por lo que la penalización viola derechos culturales elementales de los pueblos originarios.

Y tengamos en cuenta, asimismo, la ley del fruto prohibido, la curiosidad irresistible que genera lo que nos está vedado por el solo hecho de estarlo. Dios quiso que el hombre sufra y por esa razón vetó el fruto edénico sabiendo que con ello solo alentaba el apetito hacia él. Lo mismo con la droga o cualesquiera de las otras censuras que nos han impuesto. Nada más atractivo que lo prohibido.

Ante ello hay que subrayar que la restricción hasta ahora solo ha beneficiado a los que hicieron carrera y fortuna en los órganos de represión, así como a la colosal industria armamentística que genera la ilegalidad del cada vez más próspero negocio del narcotráfico.

Narcopolítica
Por otra parte, hay evidencia documentada de la penetración del poder narco en los espacios de representación institucional de las así pomposamente llamadas democracias. A veces en la forma de un gobierno desde las sombras, aunque también hay algunos que quieren ser presidentes y otros que incluso lo fueron. En este enlace hay un documento oficial norteamericano sobre el expresidente colombiano Álvaro Uribe. En el puesto 82 de esta lista, fechada en 1991, de la U.S. Defense Intelligence Agency (DIA) (http://www.gwu.edu/%7Ensarchiv/NSAEBB/NSAEBB131/dia910923.pdf) se lee lo siguiente:

Álvaro Uribe Vélez: político colombiano y senador dedicado a colaborar con el cartel de Medellín desde los más altos niveles gubernamentales. Uribe se unió a negocios involucrados con actividades del narcotráfico en EE.UU. Su padre fue asesinado en Colombia por sus conexiones con el tráfico de drogas. Uribe

trabajó para el cartel de Medellín y es un cercano amigo personal de Pablo Escobar Gaviria (ultimado por la policía colombiana en 1993). Él participó en la campaña política de Escobar para ganar la posición de parlamentario suplente de Jorge (Ortega). Uribe se convirtió en uno de los políticos que desde el Senado atacó todos los intentos de extradición”.

Como se sabe, Uribe fue el más estrecho colaborador de la “guerra contra el narcotráfico” encabezada por EE.UU. En este sentido, la llegada de Juan Manuel Santos a la presidencia de Colombia vino a bajar algo de racionalidad en esta asignatura y, de igual modo, una importante reconciliación entre la Casa de Nariño y el resto de los gobiernos de la región.

De hecho, Santos expresó antes de la Cumbre que existen muchos argumentos a favor de la despenalización como también sobre el fracaso de prohibicionismo.

Los plazos no están aún definidos, pero en algún momento se tendrá que asumir lo contraproducente que ha resultado hasta ahora la estrategia de pretender dirimir por la vía policial lo que, en definitiva, constituye un asunto de otro orden.




No hay comentarios: