Al cumplirse 153 años de la Campaña del Pikysyry, que tuvo lugar en el mes de diciembre de 1868, te propongo este recorrido de 60 km por los monumentos de las batallas de Ytororó, Avay e Itá Ybaté, además de otros tres puntos intermedios.
El monumento de la Batalla de Ytororó es el más alto del país.
Foto: SNC
La primera parte del recorrido (plaza de San Antonio-monumento de la Batalla de Ytororó) es de 8 km. En este episodio de la guerra que tuvo como escenario la ciudad de Ypané, el 6 de diciembre de 1868, las fuerzas aliadas, compuestas por unos 12.000 hombres, chocaron contra 6.000 paraguayos. Tras ser repelidos tres veces, los invasores lograron tomar el puente haciendo valer su superioridad bélica y numérica.
Las bajas se calculan en 1.800 por el lado aliado frente a poco más de 1.100 paraguayos. Este combate fue bautizado como las “Termópilas paraguayas”, en referencia al episodio de la Segunda Guerra Médica en el que los griegos, ampliamente superados en número por los invasores persas, se atrincheraron en un estrecho paso para enfrentar al enemigo.
El monumento que conmemora esta batalla, de casi veinte metros, es el más alto del país y es visible desde la ruta Acceso Sur a la altura del desvío al Liceo Militar Acosta Ñu (km 13). La obra fue construida y terminada en 1904. El diseño estuvo a cargo de Manuel Sebated y Abelardo Cano y consiste en cuatro pilares, en cuya cima se representa a la Madre Patria custodiada por un león. En la base hay dos bustos en homenaje a Bernardino Caballero y Valois Rivarola, los máximos héroes de esta batalla. Además, en el lugar funciona un museo que cuenta con un valioso acervo e información relativa a esta batalla y a la historia de la ciudad.
La objeción de Caballero
La segunda parte del trayecto (monumento a la Batalla de Ytororó-monumento a la Batalla de Avay) es de 9,2 km. Luego de Ytororó, el general Caballero, al mando de los sobrevivientes, se dirigió rumbo a Villeta, donde por instrucciones del mariscal Francisco Solano López se instaló al pie de una colina al borde del río Avay. El 11 de diciembre se produciría un enfrentamiento en campo abierto frente a un poder de fuego muy superior, un error estratégico que ya había sido advertido por el general Caballero y que fue aprovechado por el enemigo. Unos 5.500 paraguayos al mando de Caballero se enfrentaron a 22.000 brasileños. Resultaron muertos 3.500 paraguayos y por el lado de los aliados los cómputos de las bajas varían enormemente de 300 a 4.000.
El monumento a la Batalla de Avay está ubicado detrás del
cementerio de Villeta. Foto: Senatur
Nicho del Kurusu 40, en el camino a Itá Ybaté. |
Luego, camino al último punto de la expedición se cruza por los campos de Cumbarity, donde se desarrolló la última batalla de esta campaña y se encuentra el memorial conocido como Kurusu 40, donde reposan los restos de combatientes tanto aliados como paraguayos. La leyenda refiere que un sobreviviente de la contienda volvió luego de dos años del fin del conflicto y enterró 40 carretas de huesos humanos que encontró desperdigados en lo que fuera el campo de batalla en cumplimiento de una promesa que había realizado.
En la entrada de la curva donde se encuentra el desvío a Itá Ybaté en la ruta Villeta-Nueva Italia se encuentra el monumento en homenaje a Ramona Martínez, la guerrera de Lomas Valentinas, quien de acuerdo a datos aportados por Juan E. O’Leary era una adolescente sobre la cual no hay mucha información más allá de que era hija de una mulata que servía a la familia de López. Luchó el 27 de diciembre en defensa de su vida y de otras niñas; sobrevivió a la guerra y habría muerto en San Lorenzo en precarias condiciones de subsistencia.
El monumento en homenaje a Ramona Martínez, la guerrera de Lomas Valentinas, consiste en una representación genérica de una residenta. |
Guerra de exterminio
La cruenta Batalla de Itá Ybaté, también conocida como Lomas Valentinas, se desarrolló entre el 21 y el 27 de diciembre de 1868. Caxias, a la cabeza de 25.000 hombres, partió de Villeta rumbo Itá Ybaté, para lo cual dividió sus fuerzas en dos columnas. En tanto, los argentinos, unos 10.500 hombres a las órdenes del general Juan Andrés Gelly y Obes, se movilizó hasta Palmas, no lejos del arroyo Pikysyry.
Algunas crónicas refieren que el Ejército paraguayo estaba conformado mayoritariamente por mujeres, niños y convalecientes del Hospital de Sangre.
Sobre este enfrentamiento, el general Martin McMahon, embajador de los Estados Unidos en nuestro país y que fue testigo presencial de los hechos, escribió: “Seis mil heridos, hombres y chiquillos, llegaron a ese campo de batalla el 21 de diciembre y lucharon como ningún otro pueblo ha luchado jamás por preservar a su país de la invasión y la conquista... otros han fugado (hacia su propio ejército) de las pocilgas que utilizaban los invasores como prisión... el cuartel paraguayo comenzó a llenarse de heridos incapacitados positivamente para seguir la lucha. Niños de tiernos años arrastrándose, las piernas desechas a pedazos con horribles heridas de balas. No lloraban ni gemían, ni imploraban auxilios médicos. Cuando sentían el contacto de la mano misericordiosa de la muerte, se echaban al suelo para morir en silencio”.
La mayoría de los observadores coincide en que llegado a este punto la conflagración debía haber finalizado, pero muy sospechosamente el general brasileño Caxias dejó escapar a López en una maniobra que muchos atribuyen a la intención de prolongar una guerra de exterminio.
El obelisco que conmemora esta batalla fue inaugurado el 30 de abril de 1944 en un acto que contó con la presencia del entonces presidente Higinio Morínigo. En el lugar, que se encuentra a 13,2 km de Avay, también hay un acceso que dirige a las trincheras, pero al cual solo se puede acceder con un guía.
Este es el tour propuesto por escenarios ubicados en pleno departamento Central, cuya rica historia está abierta y disponible a apenas unas pocas decenas de kilómetros para quienes habitan la zona más populosa del país.
El itinerario ida y vuelta desde la plaza de San Antonio es de 60
km. Por un pinchazo me vi obligado a hacer un cambio durante el trayecto de regreso de Villeta, lo cual sumó 5 km al recorrido.