domingo, 30 de junio de 2013

“En Cateura no solamente hay basura”

En el marco de la Fiesta de la Música 2013, el pasado sábado 22 de junio la  brindó un concierto en la sala Molière de la Alianza Francesa. 


Justo a tiempo. Favio Chávez, el director de la orquesta, pronunciaba las palabras introductorias antes del concierto. “New York, New York” fue la primera pieza interpretada como clara anticipación de que nos esperaba una noche movida.
En un tono jocoso, como el que mantuvo durante toda la función, Chávez se disculpó por el sonido desafinado de algunos instrumentos y explicó que estos son muy sensibles al frío y al calor por estar hechos de lata, al tiempo que  destacó la versatilidad de los mismos.
Seguidamente una de las violinistas pasa al frente y describe los componentes de su instrumento. “Este violín está hecho de lata de pintura, atrás tiene una asadera para hacer sopa. Un tenedor para sostener las cuerdas, con puentes y clavijas formales”. Y hace una demostración al público, en la que sería una de las mejores y emotivas interpretaciones de la noche: “A mi manera”, inmortalizada por Frank Sinatra.
Así, antes de iniciar cada interpretación los músicos explicaban al público los elementos de los que estaban hechos sus instrumentos. Valencia describió los materiales que componían su viola: “latas de aceite, una espátula de cordal, con cuerda y arco formales”.
En el repertorio clásico se destacaron “La pequeña serenata nocturna” de Wolfgang Amadeus Mozart y la Suit para cello de Johann Sebastian Bach, que fue como la demostración de fuerza del violoncello de Andrés, elaborado a partir de todo un set de cocina, además de unos peines de clavija.
El cello es uno de los instrumentos más pintorescos de la orquesta.
Posteriormente Juanjo exhibió su trompeta fabricada de una canaleta con tapitas y monedas haciendo de pulsadores. “Strangers in the night”, otra canción popularizada por Frank Sinatra, fue la pieza escogida para mostrar el potencial del instrumento.
Además, dos obras de los Beatles, “Imagine” y “Yesterday”, fueron las que hicieron de pruebas para los vientos de caños galvanizados, tapitas y monedas. Aprovechando el momento se anunció la próxima presentación de la orquesta en el Museo de Instrumentos Musicales de Phoenix (EE.UU.), donde ya se encuentran en exhibición los instrumentos reciclados al lado del piano de John Lennon. Asimismo, se informó que esta semana inician una gira por El Salvador, República Dominicana, Noruega, Japón, Alemania y Palestina.
Volviendo a los instrumentos, las percusiones –explicó Esteban– estaban diseñadas a base de placas de radiografías y terciadas. De su lado, un verdadero “Himno a la Alegría”, de Ludwig van Beethoven,  sonó del tañido de la guitarra con la silueta de dos latas.  “En esta obra cada instrumento dice su voz y le responde la voz de otro instrumento, formando así la melodía, la voz de toda la orquesta”, precisó el director. Mención especial mereció Don Colá, el ganchero-lutier encargado de las percusiones y las cuerdas.

Una necesidad real

“Esta es una opción para niños que no tienen otra opción. Hay niños que no tienen ese soporte y se acercan a la escuela de música queriendo aprender a tocar un instrumento. Estos instrumentos surgen de una necesidad real. No hay posibilidad de comprar instrumentos, entonces los fabricamos de residuos”, aseveró Chávez.
La caja de tambor del contrabajo hizo gala de sus dotes con “Billie Jean” de Michael Jackson. La flauta traversa de Andrea –con cuerpo de canaleta, llaves de bronce fundido, monedas y cucharitas– volvió a las melodías melancólicas con “Mi heart will go on”, de Céline Dion.
El saxofón de Tomás, un voluntario francés que se encuentra trabajando con la orquesta hace poco más de un año, realizó su demostración con una canción típica de su país.
Ya bien avanzada la audición las obras folclóricas animaron con las palmas a un conmovido público: Despedida, de Félix Pérez Cardozo, y Che Valle Pirayumi, de Herminio Giménez. La euforia llegó a su clímax con los ritmos andinos “El cóndor pasa” y “El Humahuaqueño”, con un auditorio que respondió con prolongados aplausos en una muestra que cristalizó los ojos de los  intérpretes y de muchos de los que nos encontrábamos en las butacas.
Antes de cerrar el concierto, Carmen Cabrera, pobladora de Cateura y madre de tres de los músicos, realizó un pedido de respeto a las autoridades ante un proyecto de parque industrial que se pretende llevar de manera inconsulta y que desalojaría a los habitantes.
“El proyecto de hacer el parque industrial implica desalojo para gran parte de la gente. Lo único que pedimos es respeto. Esta es la primera orquesta de instrumentos reciclados que representó a Paraguay en todo el mundo. Pedimos respeto a nuestra casa y a nuestra orquesta, que tanto nos costó construir”, resumió Ña Carmen.
Y así llegó la última pieza con el agregado de un premio, que consistió en un disco de la orquesta, para quien respondiera el acertijo de a qué película correspondía la obra musical. Turun turun… La Pantera Rosa…, respondió después de algunas vacilaciones un niño de unos dos años.
El director cerró la intensa noche relatando la experiencia de los inicios de la orquesta cuando se desempeñaba como técnico ambiental en el vertedero y empezó a enseñar música a los niños como un modo de crear un vínculo con la gente.
“En Cateura no solamente hay basura. Hay gente; gente que hace música”, concluyó.



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