martes, 5 de mayo de 2020

Homenaje a Mangoré a 135 años de su nacimiento

El 5 de mayo de 1885 nacía en San Juan Bautista, Misiones, el más eximio guitarrista clásico paraguayo de todos los tiempos: Agustín Barrios. En conmemoración de su natalicio rescato a dos intérpretes contemporáneos de su obra: el paraguayo Juan Adolfo Duarte y el inglés Richard Durrant.


Agustín Barrios, el guitarrista clásico paraguayo más importante de todos los tiempos.

Las postrimerías del siglo XX depararon un redescubrimiento de un genio que yacía ciertamente en el olvido de la mano de varios intérpretes como Cayo Sila Godoy, Jhon Williams, Felipe Sosa y Berta Rojas, entre otros.

Así, para la primera década de este milenio ya se habían realizado varias exitosas ediciones del Encuentro Internacional de Guitarra Homenaje a Agustín Barrios “Mangoré” así como el concurso Barrios WorldWideWeb. En su primera edición, el premio del jurado se lo llevó el brasileño Glauber Rocha, en tanto que en la categoría de video más votado hace su primera aparición importante Juan Adolfo Duarte, por entonces con 25 años.

Profesor superior de guitarra clásica por el Conservatorio Nacional de Música, Duarte cuenta que su primer contacto con Mangoré se dio cuando tenía 12 años, específicamente una tarde en el patio del Instituto de Bellas Artes.





Mientras se dirigía al salón para la clase del día con el profesor Eduardo Benítez, se encuentra con que este estaba sentado en el patio ensayando unos acordes en la guitarra. Por alguna razón las clases fueron suspendidas y para romper el letargo del calor asunceno se puso a tocar varias piezas de Barrios al hilo. Una de ellas fue "Las abejas" y el joven aspirante a músico quedó deslumbrado. De esta manera, Barrios dejaría en él una impronta profunda que aún perdura siendo, he hecho, la influencia más importante en su formación y producción musical.

En el 2011 Duarte lanza “La guitarra en Paraguay. Compendio de obras paraguayas para guitarra clásica”, que incluye, además de las obras de Barrios, composiciones de Quirino Báez Allende y Felipe Sosa. Del repertorio mangoreano se incluyen “Julia Florida”, “Danza Paraguaya”, “Ha Che Valle” y “Londón Karape”.

Sobre este disco Duarte explica que “el espíritu de esta obra es recopilar el tesoro de la música paraguaya” y que además es una suerte de continuum de la “Guitarra paraguaya” de Felipe Sosa. En este material discográfico Sosa interpreta a Barrios y Quirino. “A su vez, yo toco obras de estos autores, además de las del propio Felipe”, sintetiza Duarte.

El arribeño

Un personaje ilustre de nuestra cultura es el popular arribeño, a veces devenido hasta héroe cultural. Sería este precisamente el caso del guitarrista inglés Richard Durrant, quien afirma que sus sueños de músico a tiempo completo se forjaron bajo el abrigo de las piezas de Barrios.

Como fruto de su contacto con la música de nuestro país Durrant grabó tres discos a los que califica como puramente “paraguayos”. En primer lugar The Number 26 Bus to Paraguay”, que rinde tributo a sus piezas preferidas de Mangoré: “Cueca”, “Mazurka Apasionata”, “Danza Paraguaya”, “Aire de Zamba”, “Maxixe”, “Un sueño en la Floresta”, “Minuet”, “Gavota al estilo antiguo”, “Aconquija”, “Villancico de Navidad”, además de un reprise de la “Danza”.

La serie continúa con “Hijo de Hombre”, que entre el acervo de Barrios incluye el “Vals Opus ocho, No. 4”, los tres movimientos de la “Catedral” (Saudade, Andante Religioso y Allegro Solemne) y “Una limosna por el amor de Dios”. La selección se completa con “Gato Polkeado”, “Tarentelle” y “Florinda” de Quirino Báez Allende; “Villa Alondra” de Felipe Sosa; “Newcastle to Peterborough/Neike Javy’a” y “Cacique Jeroky” de Kike Pedersen, además de una obra propia, “Apretón de Manos”.


Richard Durrant y Juan Duarte, en la previa de un concierto realizado en Asunción en el 2013.

Entre tanto, tres solos de guitarra de Duarte integran “The Girl at the Airport”: “Panambi raity”, “Soliloquio” y “Romanza di un sole”. El disco está dedicado a las víctimas del desastre de Shoreham airshow, ocurrido el 22 de agosto de 2015 cuando durante una exhibición aérea un cazabombardero se estrelló en una zona urbana.

El álbum incluye además “Jha che Valle” de Barrios, “Our man in Asuncion” –variaciones de “Madrigal Gavota” con arreglos de Beto Barsotti–, “Recuerdos de Ypacaraí” de Demetrio Ortiz; “Vuelo de Luciérnagas”, “Melodía para Rosemary” y “Margaret” de Kike Pedersen; “El Cóndor Pasa” de Daniel Alomía Robles y de su autoría nos ofrece “The Girl at the Airport 1 y 2”, “Night Flight to Lima” y “La Isla del Paraguay”.

Además de ello, Durrant editó un libro titulado “The Number 26 Bus to Paraguay”, que fue publicado en el 2016 y que reúne pasajes biográficos, fotografías y partituras de cinco músicos paraguayos: Agustín Barrios, Quirino Báez Allende, Juan Duarte, Kike Pedersen y Felipe Sosa. El compilador también presenta obras de su autoría en las que resulta patente la influencia de los cultores de la guitarra clásica nacional.



El nombre del libro es un homenaje a la línea en la que desde niño hacía el trayecto de su apartamento en las afueras de Brighton, al sur de Inglaterra y a una hora de Londres, rumbo a sus clases de guitarra en Waterloo Street, Hove. En esos viajes durante varios años contempló el paso de las estaciones poseído por el hechizo de Agustín Barrios y el lejano y mítico Paraguay que construía en su imaginación.

En uno de los mejores momentos del libro, Durrant habla sobre un encuentro frustrado con Barrios en el Hotel de Lago de San Bernardino, que tuvo lugar en el 2011 durante su primera visita al país, cuando dictó una conferencia y ofreció una audición en el mencionado hotel, hospedaje y escenario de memorables conciertos de Barrios en los años veinte.

En un momento dado, el autor menciona que podía sentir la presencia del maestro que tanto le había inspirado y enseñado. Un noche despertó, se levantó y bajó las escaleras rumbo al bar convencido de que se encontraría con ese great man, según sus propias palabras, y a quien tenía tantas preguntas que hacer. Pero el bar estaba vacío y cayó en la cuenta de que llegó ochenta años tarde. A la mañana siguiente el fallido encuentro le hizo escribir una breve pieza musical, “Apretón de Manos”, cuyo manuscrito original dejó en una vitrina del hotel en caso de que Barrios volviera a pasar por allí, cuenta.

Sea una anécdota real o no, bien vale la ocurrencia literaria. Durrant, a más de ser uno de los más vibrantes intérpretes de la música paraguaya, con su libro nos propone un fascinante periplo a través de una diversidad de paisajes sonoros.

Durante su última visita en 2017, Richard grabó un emotivo y divertido video sobre ese viaje. Además de los conciertos que brindó, narra su visita al lago Ypacaraí, el encuentro con sus amigos, sus paseos por el centro de la capital y brinda una interpretación de "El último canto" en la plaza Uruguaya a manera de un hasta luego que esperemos pronto pueda concretarse. 






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