viernes, 16 de julio de 2021

Qué pasa en Cuba

Mi experiencia en la isla relatada en primera persona; un recuento sobre algunos aspectos de la realidad cubana y las protestas que tuvieron lugar en los últimos días.

 

Escenas inusitadas se vieron en San Antonio de los Baños, desde donde las protestas se replicaron en otras zonas de La Habana. Foto: Diario las Américas.


He visitado Cuba en dos ocasiones. La primera en 2014 como turista y la segunda en 2016 para un encuentro sindical, que culminó con una participación en la marcha del 1 de mayo en la Plaza de la Revolución, donde se rindió homenaje a Fidel Castro por sus 90 años. No obstante, en esta ocasión prefiero hacer mayor énfasis en mi primera experiencia.

Lo primero que noté al entablar conversación con la gente es que a los extranjeros nos trataban como si fuéramos las personas más afortunadas del mundo por poder salir de nuestros países; es decir, denotaban cierta sensación de encierro. En efecto, hasta hace poco tiempo el pasaporte cubano (225 dólares) era considerado uno de los más caros del mundo con relación al ingreso de sus habitantes hasta que en febrero pasado esta tarifa se actualizó en 100 dólares. (A modo de comparación, el pasaporte paraguayo cuesta unos 40 dólares).

A simple vista he notado que domina el porte de personas bien nutridas y sanas. Yo solo lo pensé, pero Marta, una amiga costarricense que hice en el viaje, hizo un comentario más o menos en el mismo sentido. Al charlar con la media de los cubanos, ya sea trabajadores de los hoteles, hospedajes, taxistas, conductores de “limusinas cubanas” (bicicletas con habitáculos traseros para los pasajeros), manifestaban casi unánimemente que deseaban procurarse sus propios ingresos y disminuir la dependencia de los sistemas de proveeduría del Estado. Tampoco es una gran novedad que al común de la gente no le alcance la plata para vivir como quisiera y darse unos gustos.


Las “limusinas cubanas” son un buen punto de partida para sondear el ambiente. Foto: Havana Times

Cuba, como cualquier otro país latinoamericano, adolece de la falta de cuadros técnicos en ingeniería y áreas tecnológicas afines que apuntalen el crecimiento económico. Como bien lo señaló uno de los propios ponentes del seminario al que asistí (aunque dije que no hablaría de mi segundo viaje), a pesar de que Cuba tiene uno de los más altos niveles de egresados en ingeniería informática, esto no se ha traducido en un mayor desarrollo del país.  

No obstante, el Paraguay puede aprender mucho de sus muy eficientes programas de turismo cultural que atraen a viajeros de todo el mundo a través de cursos de filosofía, cine, literatura, música, etc. Así, basa su diplomacia cultural en tres premisas fundamentales: el fin del bloqueo, la devolución de la bahía de Guantánamo y una tercera reivindicación que ya fue lograda: la libertad de los cinco agentes de inteligencia cubanos presos en Estados Unidos y que fueron liberados durante el deshielo de las relaciones entre ambos países.

En mi caso participé en un taller de técnicas narrativas realizado en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí con los escritores Eduardo Heras de León y Francisco López Sacha, el primero de ellos excombatiente de Playa Girón. El curso, más la estadía de seis días y la alimentación, tenía un costo de 310 pesos convertibles cubanos (CUC).

Esta moneda se cambia uno a uno con el euro, no así con el dólar, que tiene nominalmente el mismo valor, pero está sujeto a un impuesto del 10%. Para empezar, nunca lleve dólares. También debía aprender a manejarse con el peso cubano (CUP), que tiene una relación de 25 a 1 con el CUC. Este sistema rigió desde 1994 hasta enero de este 2021, cuando se eliminó la doble moneda.

El monstruo

Al abordar un taxi, se debe aguardar que los tres lugares del asiento trasero se ocupen.

-Cuando llenemos el taxi, salimos –dice el chofer luego de advertir que yo miro por todos lados como preguntándome qué esperábamos. Los taxis hacen un trayecto más o menos fijo como los buses. Si no van exactamente donde querés ir, uno debe abordar otro para llegar a su destino.

Le indico al conductor el lugar adonde me dirijo.

-A Mar Azul, por favor.

Una niña de cabello ensortijado sentada en el regazo de su madre en el asiento de al lado me interrogó rápidamente.

-¿Por qué usted habla otro idioma? –dijo inquisitiva.

-No es otro idioma, es el mismo que el tuyo, pero vivo en otro país.

-Y cómo va a salir y dejar a su mamá –me cuestionó.

-¿En su país también hay gente maleducada? –añadió antes de que pudiera contestar a su primera pregunta.

-Es que en mi país no hay mar y siempre quise conocer. Sí, también hay mucha gente maleducada –respondí.

-Ahhh, si no hay mar, entonces no quiero ir a su país –dijo tranquilizada. Me ofreció un caramelo y se aprestó a seguir hablando.

-¿Usted sabe que nosotros peleamos contra un monstruo que quiere comernos y que vive al otro lado del mar? –preguntó.

-Ahh, ¿en serio? –dije haciendo un gesto de gravedad con la alarma que requería una amenaza de este tipo.

Su madre lanza una discreta risotada y le dice que ya ha hablado suficiente, que ya basta. Ella asintió obedientemente y no volvió a emitir palabra alguna hasta despedirse. Al llegar a la playa, compro una botella de ron y enciendo un habano.

El escenario pandémico

Claramente Cuba no es ajena a las tremendas dificultades económicas que está causando la pandemia a nivel mundial, a lo cual se suma el endurecimiento de las medidas del embargo norteamericano dictadas por la administración Trump tras la política de acercamiento de Barack Obama. Voceros de la cancillería cubana indican que la administración Biden no ha levantado ninguna de las 240 sanciones impuestas por su antecesor tras un informe en el que declara a Cuba como una dictadura que viola sistemáticamente los derechos humanos.

A las dificultades del embargo, se suman los problemas estructurales de la producción centralizada dirigida por el Estado, que fueron agravados por la caída del turismo a raíz de la pandemia, un sector con una incidencia del 10 por ciento del producto interno bruto.

Los portales internacionales hablan de que en Cuba están teniendo lugar actualmente las mayores manifestaciones en 60 años bajo el grito de “libertad” y “abajo la dictadura”. Las principales exigencias son alimentos, vacunas y el fin de los apagones. Ya se ha registrado una víctima mortal, así como heridos, detenidos y un fotógrafo de la AP agredido por agentes. También se denunció la interrupción del servicio de internet móvil.


El corresponsal de AP en La Habana, el español Ramón Espinosa, fue atacado por agentes durante las protestas. Foto: Adalberto Roque (AFP)

Grito de guerra

“La orden de combate está dada: a la calle los revolucionarios”, fue la respuesta del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ante las protestas instando a los defensores de la revolución a salir a enfrentar a los “gusanos y mercenarios”. Acusó a su vez al gobierno de los Estados Unidos de estar detrás de los disturbios.

El récord diario de 3.519 infecciones hizo estallar escenas inusitadas como vehículos volcados, cuando lo que comúnmente estábamos habituados a ver era a unas viejitas de blanco que lanzaban consignas contra el régimen luego de la misa de los domingos.

En este apremiante contexto sanitario se está aguardando la aprobación de la vacuna Soberana 02, que según se ha reportado tiene un 91.5% de eficacia. Hasta ahora se ha celebrado un contrato de transferencia tecnológica entre el Instituto de Vacunas Finlay de Cuba y el Instituto Pasteur de Irán para la producción de la Soberana 02 en el país islámico luego de la fase tres de pruebas clínicas. Tras las primeras pruebas, desde el instituto iraní se ha anunciado que se ha detectado un 100 por ciento de efectividad para los peores casos de covid-19. El gobierno mexicano también ha manifestado interés en participar del proceso de elaboración de los inmunizantes.


“A la calle los revolucionarios”, fue el grito de guerra que lanzó Miguel Díaz-Canel convocando a los defensores de la revolución. Foto: Eliana Aponte (AP)

La “guerra informativa” y la economía

Consultado por un medio de prensa local sobre la situación que se vive en la isla, el embajador paraguayo en Cuba, Bernardino Cano Radil, con la natural reserva de quien ejerce un cargo diplomático, habló de que existe una guerra informativa asegurando que, a pesar de la profunda crisis económica, las protestas han sido sobredimensionadas en las redes sociales y que el movimiento en las calles fue mucho menor al presentado en los medios internacionales. Esto último va en cierta consonancia con la campaña denunciada por el gobierno sobre fotografías de marchas de adherentes a la revolución presentados en publicaciones del New York Times como opositores.

En cualquier caso, hacer oídos sordos al grito de las calles nunca es la mejor opción. En efecto, el gobierno cubano ha anunciado un paquete de medidas para enfrentar la crisis, entre ellas la liberación de aranceles a la importación de alimentos y medicinas. Así también, dos medidas económicas para “dinamizar a la empresa estatal socialista”.

La primera se parece a un plan de flexibilización laboral que consiste en la eliminación de la escala salarial, lo que podría asimilarse a la supresión del salario mínimo, bajo el principio de que “se gana más mientras más riqueza se crea, más eficiente se es y mientras más se aporte al Estado, con un patrón de razonabilidad y sentido económico”, señala una publicación de Granma.

La segunda liberaliza las empresas estatales incentivando el trabajo por cuenta propia y permitiendo la participación de emprendimientos privados, universidades, centros científicos y unidades presupuestadas para ser socios en las mipymes estatales con participación en la gestión y el directorio.

Este es más o menos el complejo escenario que se vive en La Mayor de las Antillas, con una población que crecientemente exige para la vida cotidiana nuevas victorias de Playa Girón.

2 comentarios:

Julia Ramírez dijo...

Interesante y muy significativa toda la información que has expuesto. Cuba ¡Cuánta belleza, cuánta cultura! Conocerla, asignatura pendiente.
Cuba, libre en pensamientos (?) y atrapada por el sistema.

Paulo César López dijo...

Muchas gracias, Julia. La intención fue justamente ofrecer la mayor cantidad posible de información para mostrar la complejidad del tema. Saludos.