jueves, 5 de marzo de 2020

Con la humildad de los grandes la cuarta es posible

Foto: Olimpia Media.



Se inició una nueva campaña del Olimpia en la Libertadores y la ilusión del pueblo franjeado de ganar la cuarta es de la más grande de los últimos tiempos. No es para menos. El presidente, Marco Trovato, hizo un gran trabajo y armó un plantel para pelear grandes cosas. La gran hinchada olimpista respondió apoyando no solo con el aliento, sino también financieramente congregándose en masa para asociarse al club a pesar de las múltiples dificultades de la cotidianeidad.

En este primer partido ante el Delfín de Ecuador nos quedamos con las ganas, pues de estar ganando la mayor parte del trance terminamos empatados con un gol producto de un craso error en la salida. La falta de atención y comunicación entre Ortiz y Aguilar costaron caro. ¡Ese error!, Richard, no lo podemos cometer nunca y menos en la Libertadores. 


 

En líneas generales se ve que el equipo está funcionando aún a media máquina, tanto en lo físico como en lo futbolístico. Faltó más ímpetu, generación y juego colectivo. Los destellos individuales no bastaron y faltó más decisión. Cuando el arco está enfrente y tenemos la pelota, hay que arriesgarse más y dudar menos.

Atacamos con un recurso siempre valioso y que muchas veces rindió sus frutos a los equipos paraguayos: apoyo en ataque de parte de elementos de defensa proyectando pelotas aéreas en búsqueda del cabezazo, que en este caso llegó con Alcaraz apenas comenzado el partido luego del excelente centro de Otálvaro.

Aunque apareció poco, la presencia desde el inicio de nuestro capitán, Roque Santa Cruz, es siempre importante y además estuvo a centímetros del gol apenas tuvo la primera oportunidad. Cuando él está en la cancha insufla al equipo otra moral por su disciplina y fortaleza, aguantado arriba, bajando, asistiendo y en el momento menos pensado llegando justo para meter el pie o el testazo.

Por Derlis González se hizo un gran esfuerzo y si mantiene la serenidad con su talento puede aportar mucho más si no se deja provocar por situaciones irremediables como el arbitraje o infracciones no cobradas. Ayer se mostró escurridizo y molesto peleando todas las pelotas, aunque parezcan perdidas. Además de esa excelente definición ligeramente desviada por el arquero al palo y un balazo en la parte externa de la red, esperemos que la puntería se vaya afinando así como la coordinación con el resto del equipo.

En tanto, Adebayor, el fichaje más promocionado en el fútbol sudamericano esta temporada, entró para los últimos 15 minutos, un tiempo demasiado breve como para poder mostrar algo, excepto algún eventual golpe de suerte que depende más del azar. Le costó acomodarse y cuando pudo hacerlo le quitaron rápido el balón. Aún no está en forma y falta entendimiento con el equipo, algo que es posible mejorar teniendo más minutos en el torneo local y en lo que resta de la primera ronda antes de enfrentar escollos más exigentes, ya que considero que para eso se lo trajo: para aportar cuota de gol en los momentos decisivos y definitorios.

Hay varios detalles que ajustar, especialmente en la parte defensiva. En este sentido, es de desear que José Leguizamón sea más cauto y brinde más seguridad en el área evitando faltas o complicaciones innecesarias en la salida. Además, en el partido de ayer Delfín probó mucho y encontró varios espacios por el lado de Otálvaro, que siempre es importante dando asistencias con sus corridas ofensivas y centros, como de hecho fue en el caso del gol, pero es un aspecto a cuidar la necesidad de volver a tiempo para cubrir su puesto.

A más de ello, esperamos que Alfredo Aguilar, sin dudas un gran arquero, tenga pleno manejo emocional de la situación y no incurra en errores por nerviosismo. Al jugar por el Olimpia debe estar preparado para los máximos desafíos y la presión extrema.

No hay que activar la alarma, pero tampoco dejarse estar. Se pudo jugar mejor, pero tenemos tiempo para recuperarnos y debemos tener en cuenta que sumamos de visitantes, algo que siempre es importante. Tenemos grandes valores trabajando dentro y fuera de la cancha. Bajo la dirección técnica de Garnero, con quien rompimos numerosos récords en el fútbol paraguayo y somos tetracampeones después de mucho, deseamos que ahora se puedan trasladar sus imbatibles marcas al ámbito internacional luego de algunos traspiés y hasta un dejo de mala suerte que nos valieron dolorosas eliminaciones en las dos últimas ediciones.

Sin duda las fortalezas de este equipo son mayores que sus flancos débiles, pero no por ello debemos evitar hablar de ellos, sino más bien intentar remediarlos a tiempo. En varias jugadas anuladas se dieron claras advertencias sobre las partes permeables en la línea defensiva y el travesaño nos salvó en tres ocasiones.

Pero, además de lo futbolístico, lo importante es siempre mantener la humildad. Nos relajamos y nos empataron. No existe equipo chico y no debemos confiarnos ciegamente. Ya hemos tenido penosas lecciones y es preciso aprender de ellas. Por lo demás, este equipo ilusiona, este equipo tiene condiciones, este equipo puede. ¡Vamos, Olimpia! En este 2020 ganar la cuarta Libertadores es un sueño posible.


2 comentarios:

Robby 277 dijo...

Muy buen artículo pero debemos poner como se dice en la jerga futbolera más "huevos "

karina dijo...

Sos un capo Paulo López, excelente articulo!