jueves, 12 de marzo de 2020

El equipo cumplió y va encontrando su juego


 
Montenegro ya aplicó el cabezazo que le daría a Olimpia el 2-0 parcial. Foto: Olimpia Media.

La primera victoria en la Libertadores al fin llegó y las inquietudes que dejó el primer partido quedaron parcialmente disipadas. No obstante, la fiesta se desarrolló a medias, pues la epidemia del coronavirus le privó al equipo de Olimpia, inicialmente por un período de dos semanas, de contar con el aliento de su público, que se preparó a lo grande este año para apoyar en todos los niveles a fin de que el sueño de lograr la cuarta Libertadores pueda hacerse realidad.

Sin duda el plantel sufrió una gran baja al tener que jugar con las gradas vacías. Esto con seguridad tuvo una incidencia importante en el ritmo cansino que se sintió durante casi todo el primer tiempo, con un Defensa y Justicia que se impuso como dominador del trance. Las pocas proyecciones por las bandas que ensayó el equipo franjeado no pudieron ser concretadas o fueron bien cortadas por la defensa del equipo argentino. 

 

Roque tuvo que retirarse tempranamente, con lo que perdimos una carta ofensiva importante que, más allá de cómo esté jugando o cuánto esté apareciendo, siempre puede aportar su cuota de gol en el momento más imprevisto.

A lo largo de casi todo el primer tiempo se percibió la falta de presión ofensiva y en numerosas ocasiones se retrasó la pelota hasta Aguilar, una fórmula que ya genera ansiedad en el hincha olimpista. Además, la línea defensiva se mostró permeable al punto de que las situaciones más claras fueron para el visitante, aunque Aguilar respondió bien las veces que fue exigido.

En el segundo tiempo se vio cierta mejora y mayor dinamismo, logrando importantes conexiones como aquella en la que Néstor Camacho habilitó a Derlis González, quien quedó mano a mano con el arquero, definió muy arriba, pero ya el línea había marcado offside. A los 59 minutos un excelente servicio de córner de Camacho fue conectado de cabeza por Rolón, quien colocó en el palo más lejano del arquero, que a pesar de la estirada estuvo lejos de poder llegar. Por la misma vía llegó el segundo a los 80 minutos. Montenegro, tras escapar hábilmente de sus marcadores, conectó de cabeza el córner ejecutado por Silva dando un gran respiro al equipo. Los goles llegaron a través de un recurso siempre importante y efectivo para los equipos paraguayos. Cuando las cosas no salen o los toques no llegan a ningún lugar es un recurso para nada desdeñable.

González intentó mucho y en la medida en que vaya ordenando sus ideas y su juego su aporte puede resultar fundamental para el equipo. Por otra parte, esperemos que Adebayor haya sido algo más que un golpe de marketing y que tras los dos partidos de suspensión pueda ir encontrando su juego en el campeonato local para volver y poder aportar más, pues además de algunos tímidos atisbos se hizo expulsar innecesariamente yendo a disputar de manera imprudente una pelota en ataque que no revestía mayor importancia. Lo trajimos para ganar la Libertadores y se hizo expulsar en el primer partido que tuvo de titular.

A los 91 vino el descuento del equipo argentino para dar el toque de incertidumbre.

Al final se ganó y es lo importante. Si se dio con comodidad o se jugó bien son aspectos más bien secundarios. La prueba de fuego de esta fase de grupos es el próximo 17 de marzo, cuando deberemos visitar al Santos de Brasil. Sumar de visitante será fundamental para ir perfilando al equipo en la lucha por los primeros puestos de esta Copa. No será fácil, por supuesto, pero los grandes logros y triunfos siempre los hemos obtenido sufriendo y poniendo garra por sobre todas las cosas. La entrega es algo que siempre se espera del equipo. Lo demás vendrá por añadidura.

No hay comentarios: