sábado, 23 de abril de 2022

¿Qué hay detrás de la espiral inflacionaria que afecta al Paraguay?

En esta entrevista con el economista Luis Rojas Villagra, miembro de la Sociedad de Economía Política del Paraguay (Seppy) e investigador del Centro de Estudios Heñoi, abordamos de manera somera los problemas más candentes que afectan a la economía paraguaya actual. Entre las cuestiones más acuciantes se analiza la inflación, además de aspectos estructurales como la desindustrialización, la dependencia de factores externos como el mercado del petróleo, los precios internacionales de los commodities, la importación de alimentos y la pérdida de la diversidad agrícola ante el avance del agribusiness.


El economista Luis Rojas Villagra. Foto: medium.com

Si bien la última década y media se ha caracterizado por una macroeconomía estable y hasta un milagro a nivel regional con tasas de crecimiento que llegaron a ser de más de un dígito, la guerra en Ucrania y el aumento del precio del petróleo que conllevó, la sequía, el desenfrenado endeudamiento, la especulación, entre otros factores, han dejado en evidencia una vez más la intrínseca fragilidad de una economía signada por un sistema tributario regresivo, una extrema concentración de la tierra y una corrupción generalizada que dilapida los ya de por sí precarios recursos con que cuenta el Estado paraguayo.

 

Pero más que limitarse a presentar un cuadro sombrío de la situación, se intenta sobre todo exponer en los términos más sencillos posibles algunas de las lógicas que subyacen al funcionamiento del engranaje económico de un país, así como algunas herramientas disponibles que pueden servir de palanca para subir la cuesta.

 

–La economía paraguaya se ha jactado en los últimos tiempos de su desempeño macroeconómico y la estabilidad de precios. Sin embargo, actualmente padecemos una espiral inflacionaria de las más altas de la región y un creciente déficit fiscal. ¿A qué se debe este fenómeno repentino?

 

–En Paraguay hay un discurso centrado en el tema de la estabilidad macroeconómica, estabilidad de precios, tipo de cambio como signo de una economía saludable. De hecho, en algunos años hay esa estabilidad macro. Sin embargo, eso no significa que haya desarrollo económico, que haya desarrollo social, inclusión social, que haya mejoramiento del empleo, indicadores sociales, de las oportunidades porque la economía paraguaya es asimétrica, tiene sectores muy diferentes. Hay sectores que ganan mucho dinero con esa estabilidad macroeconómica como el sector sojero, el sector agroexportador, el sector financiero, el sector inmobiliario. Pero otros sectores no se benefician de esa estabilidad macroeconómica. El sector en general de los trabajadores en la informalidad, el campesinado, sectores que están en la pobreza o muy cerca de la pobreza no son beneficiarios de esa estabilidad. Ese discurso solo beneficia a una pequeña élite.

 

El déficit fiscal no es algo nuevo, es algo que ya viene de los últimos años y se va profundizando por los escasos recursos con los que cuenta el Estado y los crecientes compromisos. Deuda por un lado, que implica muchos recursos, y después mantener el aparato estatal, que también es costoso, y en un marco de corrupción aún más. Entonces ese es un déficit permanente que está ahí creciendo. Y la espiral inflacionaria es un fenómeno regional e incluso mundial. Cada país tiene sus particularidades, pero en general hay una presión inflacionaria por el aumento del precio del petróleo, del combustible, de la deuda a nivel mundial. Sin duda hay también emisión de divisas, de dinero en los diferentes países, emisión inorgánica. Es una mezcla de variables externas e internas, ya que cada país tiene sus elementos inflacionarios. En el caso paraguayo, la sequía y el cambio climático golpearon fuertemente todo lo que es la producción primaria, y eso lógicamente afecta la producción y también los precios.

 

Otro problema en el caso paraguayo es que no tiene industria desarrollada en varios sectores, entonces depende completamente de la importación de productos extranjeros industriales, desde productos de limpieza, aseo, alimentos, procesados, maquinaria, vehículos, electrodomésticos, muchas materias primas. Todo eso se importa en dólares y es una fuente inflacionaria permanente de altos costos, ya que no se maneja desde Paraguay el valor del dólar y de las importaciones, que se tienen que tomar. Ese es un poco el contexto actual. La inflación es mundial, regional y local. Es un fenómeno alimentado por varias causas: la deuda, la emisión inorgánica, el petróleo, la crisis climática, la poca industrialización, el dólar alto son los principales factores de esta tendencia inflacionaria.

 

–¿Quiénes se están quedando con ese dinero que resulta de la pérdida del poder adquisitivo de la gente?

 

–Eso es muy complejo, muy difícil saber quién se va quedando con eso. Son los actores más fuertes en la economía, por ejemplo el sistema financiero, los acreedores de deudas a nivel mundial, no solo en Paraguay. Hay una deuda gigantesca a nivel mundial de gobiernos, de empresas, de personas, un endeudamiento enorme. Entonces eso se va pagando y los gobiernos recurren incluso a la emisión inorgánica para pagar deudas. Y es una ganancia del sistema financiero que está cobrando esas deudas, esos intereses.

 

Probablemente también las empresas petroleras que mantienen relativamente estables sus costos de producción del petróleo, pero los precios están para arriba por las presiones del mercado, de oferta-demanda, la guerra y la propia especulación en el mercado. Entonces van captando una plusvalía con precios más elevados y sectores productores también se van quedando con eso; el sector ganadero entre ellos, que está vendiendo la carne a precios más elevados y con ganancias extra por esos precios. Esos beneficios van quedando en sectores concentrados de mucho poder económico.

 

–¿Te parece que de aquí a algunos años podríamos tener una crisis a causa de la deuda como una cesación de pagos y consecuentes planes de ajuste?

 

–Claro. Esta situación puede llevar a una situación de crisis de deuda, de cesación de pagos, porque va creciendo el nivel de endeudamiento de manera acelerada y eso compromete recursos del Presupuesto General de la Nación (PGN) crecientes. Cada año se debe destinar más dinero al pago de intereses y pago de capital, que se incluye en el PGN. Esto absorbe un porcentaje cada vez mayor del presupuesto estatal y como no hay un aumento en la recaudación, no hay nuevos impuestos, lógicamente eso va en detrimento de gastos sociales, gastos de inversión.

 

Esta tendencia a un aumento del endeudamiento en un momento puede llegar a una crisis de la deuda, una cesación de pagos por escasez de recursos. Pero previendo eso el Gobierno ya aprobó esa ley de bicicleteo, la ley de administración de pasivos. Esta es una ley para que el Ejecutivo vaya emitiendo bonos soberanos sin necesidad de autorización del Congreso. Emite bonos para refinanciar los bonos que van venciendo.

 

Entonces el Gobierno contrata nueva deuda para cubrir esos vencimientos, va tirando la cancelación de las deudas para adelante justamente previendo que puede haber una cesación de pagos y entonces no se cancela, no se paga la deuda y se patea para adelante, pero la deuda crece y hay intereses en estas operaciones cada vez mayores. Y esto en un futuro puede implicar una cesación de pagos, una crisis y todo lo que eso implica. Lo que hace falta es una corrección del sistema tributario, mejorar los mecanismos de recaudación y reducir la dependencia que se tiene de la deuda, de los bonos, que es la mala costumbre que adquirieron los gobiernos en nuestro país en los últimos años.

 

–¿Qué medidas se deberían tomar para frenar este aumento generalizado del costo de vida?

 

–Las medidas que hay que tomar son muchas para contener este aumento de la inflación. Por un lado, frenar el endeudamiento mejorando la recaudación de impuestos, reducir la corrupción, reducir la impunidad. Después hay que fortalecer la producción, la agricultura familiar campesina, o sea diversificar la producción agrícola, fortalecer al campesinado, que es el que produce más diversidad de cultivos, hortalizas, frutas, legumbres, tubérculos, toda esa variedad de productos que hoy en día hay escasez, se produce poco, por lo que se importa mucho de afuera.

 

Hay que fortalecer ese sector para aumentar la oferta, la calidad y también bajar los precios. Además, hay que tener una política con relación al combustible, no se puede seguir dependiendo del petróleo, que Paraguay no produce. Hay que electrificar el sistema de transporte, o sea, usar la electricidad en transporte público y vehículos privados. En suma, reducir la dependencia del petróleo y promover la industrialización de productos en nuestro país a partir de la materia prima nacional buscando generar empleo, generar valor, generar productos nacionales que no dependan de la importación, que no dependan del dólar y con eso evitar los vaivenes de depender de precios internacionales.

 

En el caso de la carne, por ejemplo, alguna normativa tiene que haber, alguna restricción a la exportación. Es decir, tendría que haber cuotas, cupos de mercado para abastecer primero al mercado interno con la cantidad suficiente y a precios accesibles, y después para la exportación. Pero hoy día se exporta casi todo, queda muy poco y a precios muy caros. Entonces hay que tomar medidas en varios sectores para contener la inflación y fortalecer la base productiva para ofrecer precios razonables a la población.

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